Natxo MATXIN

Kike Barja: «Mi sueño sería jugar toda la vida en Osasuna»

Con su renovación hasta 2023, Kike Barja está llamado a ser uno de los jugadores de la casa que, en su momento, recoja el testigo de Oier y Roberto Torres. El futbolista de Noain ha asegurado que su sueño «sería jugar toda la vida en Osasuna» y que su prioridad en su futuro deportivo «siempre ha sido quedarme aquí, donde soy feliz».

Kike Barja regresó a la titularidad frente al Espanyol, último partido liguero que se ha disputado. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Kike Barja regresó a la titularidad frente al Espanyol, último partido liguero que se ha disputado. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

El mismo día que se lesionó de gravedad en su rodilla –a mediados de julio pasado–, Kike Barja recibió el anuncio de que Osasuna tenía pensado renovarle, tal y como ha desvelado por videoconferencia el director deportivo del club, Braulio Vázquez. La decisión se concretó el miércoles, con una prórroga de su contrato hasta junio de 2023 y una cláusula de rescisión de 10 millones de euros.

También en una comparecencia con los medios desde su domicilio, el futbolista de Noain ha puesto de manifiesto que la prioridad en su trayectoria deportiva era quedarse en la escuadra navarra «porque es el equipo de mi vida y aquí soy feliz» –lleva desde los ocho años vistiendo de rojillo– y que su máximo deseo en estos momentos es «jugar toda mi vida aquí», ha insistido.

Después de un gran papel en la campaña del ascenso que le valió ser considerado como jugador de pleno derecho en la primera plantilla, su contratiempo en el cruzado durante un entrenamiento estival truncó su progresión, volviendo a los terrenos de juego ante el Recreativo en Copa, seis meses después de su percance físico.

«Lo cierto es que estoy viviendo un año atípico. Primero fue mi lesión de rodilla, después me tuvieron que operar de urgencia por una apendicitis y ahora la actual pandemia», ha enumerado. Frente a ello le ha llegado una buena noticia, que la toma «como una recompensa al trabajo que he ido realizando durante estos años» y de la que se muestra muy agradecido «al club, al director deportivo, al míster, a mis compañeros y a la afición».

Kike Barja es uno de los frutos de la cantera de Tajonar que está llamado a suceder en el liderazgo del vestuario a Oier y Roberto Torres. «Soy consciente de que mi rol comenzó a cambiar a partir de la pasada temporada y tengo que seguir creciendo en esa misma línea. En ese sentido, debo dar un paso adelante dentro y fuera del campo, aportando lo máximo y siendo un ejemplo para los demás», ha asegurado.

«Ahora tengo que intentar devolver esa confianza, no puedo relajarme lo más mínimo y debo dar más de mí, seguir mejorando», se ha autoexigido, aunque parece que no va a ser a corto plazo el que pueda demostrarlo sobre el terreno de juego. Ha comentado que la plantilla sigue trabajando físicamente en casa para estar preparados cuando se anuncie el regreso a la competición, que cree será a puerta cerrada.

«Mucha incertidumbre»

«Hay mucha incertidumbre porque la situación es muy cambiante y me gustaría retomar la liga con la presencia de público en las gradas, porque no concibo este deporte sin que los aficionados y los niños vayan al campo. Sin embargo, ahora mismo parece una opción muy improbable dadas las actuales circunstancias. Lo que sí está claro es que para acabar la competición se deben garantizar unas condiciones óptimas de salud para quienes vayamos a jugar», ha remarcado.

Por el apoyo incondicional que El Sadar muestra con los suyos en cada partido casero, Osasuna podría ser uno de los más perjudicados si tiene que hacerlo sin público en las gradas. «Para nosotros, la afición es esencial por el aliento que nos traslada en cada encuentro, pero tendremos que adaptarnos si se juega a puerta cerrada porque, en esta situación tan excepcional, todos tenemos que aportar», ha matizado.

También ha querido confrotar a la imagen de «personas insolidarias que se nos suele achacar a los futbolistas» el hecho de que la plantilla haya llegado a un acuerdo con el club para rebajarse los sueldos en caso de que no se reanude el torneo liguero y desciendan los ingresos económicos. «Pagamos muchos impuestos y somos solidarios con muchas iniciativas que se nos proponen. Y ahora bajarnos el sueldo era una obviedad, es algo que debíamos hacer y no podemos quejarnos porque somos unos privilegiados al haber llegado a un buen acuerdo», ha explicado.

En cuanto a la opción que se baraja de jugar un partido cada 72 horas, Barja no ha querido entrar a valorarlo en términos de justicia o equilibrio porque, ante las actuales circunstancias, algunas exigencias quedan en segundo plano. «Está claro que, quitando los equipos que juegan competición europea, el resto no estamos acostumbrados a ese ritmo, pero nos tendremos que adaptar porque vivimos una situación excepcional», ha concluido.

La plantilla pierde 10 millones de valor

Como cabía esperar, los efectos económicos de la pandemia ya comienzan a hacerse palpables en el mundo del fúbol. Sin ir más lejos, Braulio Vázquez ha reconocido que la plantilla osasunista ha perdido 10 millones de valor durante este tiempo de confinamiento. «Antes de la crisis sanitaria, su cotización estaba estimada en 70 millones y ahora se ha rebajado a los 60», ha reconocido.

«El mundo va a cambiar después de esto y el fútbol no es ajeno. Los jugadores van a seguir teniendo el mismo valor, pero va a cambiar su precio. Bajo mi punto de vista, el mercado futbolístico estaba muy inflaccionado antes de la crisis sanitaria y ahora se va a reajustar», ha subrayado.

Cómo va a afectar todo ello de manera particular a Osasuna es una incógnita que habrá que ir despejando con el paso del tiempo. Aunque para Braulio Vázquez, la entidad rojilla cuenta con una ventaja. «Disponemos de un bloque cuya mayoría de jugadores tienen contrato y que han demostrado que pueden competir en Primera. Además, ahora será más complicado que puedan ficharnos futbolistas que para nosotros son fundamentales en el equipo», ha reflexionado.