El equipo cubano de médicos y enfermeros llegado a Italia para colaborar en la lucha contra el coronavirus ha terminado su misión en la localidad de Crema y han sido despedidos entre aplausos por los vecinos y las autoridades.

«Fuimos náufragos y nos socorristeis sin preguntarnos el nombre ni la procedencia. Tras meses de luto, angustia y dudas ahora vemos la luz», celebraba Stefania Bonaldi, alcaldesa del municipio de Crema, en la región de Lombardía, la más afectada por el virus en el país.

La brigada médica Henry Reeve, con 37 médicos y 15 enfermeros, llegó a la localidad el 22 de marzo para ayudar en la batalla contra la pandemia en un hospital de campaña instalado en el municipio al principio de la crisis y que empezará a ser desmantelado el lunes.

En estos dos meses han colaborado en las unidades de Cuidados Intensivos de Crema y los departamentos de radiología, neumología y farmacia.

Los sanitarios cubanos han sido despedidos con una ceremonia de agradecimiento en la céntrica plaza de la catedral de Crema y con el aplauso y los vítores de vecinos y autoridades locales y regionales.

«Infinita estima y eterno reconocimiento»

Además recibieron unas placas conmemorativas y medallas con las banderas de Italia y Cuba en cuyo dorso podía leerse: «A nuestros hermanos cubanos de la brigada Henry Reeve con infinita estima y eterno reconocimiento. La ciudad de Crema».

La regidora recordó que la ayuda cubana llegó en «un momento de inaudita incertidumbre y peligro» y resultó «una medicina eficaz».

«Llegando aquí dijisteis que vuestra patria es el mundo y de ahora en adelante seréis nuestros compatriotas en este mundo grande a menudo maltratado por la ausencia del valor supremo de la solidaridad», apuntó la alcaldesa, protegida con una mascarilla.

Al acto acudió el embajador de Cuba en Italia, Jose Carlos Rodríguez Ruiz, quien apreció la valía de este contingente médico instituido en 2005 y que prestó sus conocimientos en desastres como la crisis del ébola o los terremotos en Pakistán o Haití.

Esta era la primera vez que el equipo médico prestaba ayuda a un país europeo, a Italia en concreto, y el embajador aseguró a Efe que al terminar sus labores se llevan «una gran ganancia: el respeto y la admiración de los ciudadanos y los atendidos por ellos».

«Lo que se ve en esta plaza con el pueblo de Crema saludando tan sinceramente a nuestros médicos es algo que no se puede decir que concluya, es algo que nace. Se refuerza la amistad tan linda entre Italia y Cuba. Se demuestra que amor con amor se paga», refirió.

El presidente de la región de Lombardía, Attilio Fontana, aplaudió a la aportación cubana en sus redes sociales: «Fueron los primeros en acoger nuestra petición de ayuda y los últimos en volver a casa. Gracias», escribió en Facebook.

Experiencia inolvidable

El jefe de la brigada, Carlos Ricardo Pérez Díaz, especialista en medicina interna, explicaba que la experiencia en Italia ha sido «inolvidable» al trabajar conjuntamente con los médicos en el centro de campaña y en el hospital Mayor de Crema.

«Hemos tenido un intercambio científico muy bueno que nos ha permitido enriquecernos a ambos. La gratitud de los pacientes, del pueblo, eso también lo llevamos en los corazones y enriquece nuestro aval profesional y médico», celebró en la plaza del pueblo.

El doctor Pérez Díaz señaló que permanecerán «el tiempo que sea necesario» y aseguró que «si cualquier otra región o lugar del mundo necesita el concurso de nuestros modestos esfuerzos» partirán para brindar su «ayuda solidaria».

Por otro lado, un segundo equipo sanitario cubano con 21 médicos y 16 enfermeras, además de un coordinador logístico, llegó el pasado 13 de abril para ayudar en la ciudad italiana de Turín.

Italia ha registrado 32.735 muertos y 229.327 contagiados con coronavirus desde que se detectara el primer caso autóctono, el pasado 21 de febrero precisamente en esta misma región, Lombardía.

Tres meses después la curva de la pandemia sigue a la baja y, por eso, Italia emprendió el proceso de aligeración de las restricciones del movimiento y retomó su comercio, aunque siempre pendiente de la evolución del coronavirus y con medidas de seguridad.