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Corrupción y luchas políticas se extienden en un Brasil azotado por la pandemia

El registro de la residencia oficial del gobernador de Río de Janeiro este martes ha sido el último episodio de la mezcla de corrupción con persecuciones políticas alentadas por la propia Presidencia de Brasil, mientras el país, sin una política clara para hacer frente a la pandemia, es ya el segundo más afectado del mundo por el covid-19.

La Policía Federal brasileña salen del registro del palacio del gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel.  (Fabio MOTTA/AFP)
La Policía Federal brasileña salen del registro del palacio del gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel. (Fabio MOTTA/AFP)

Con 374.898 positivos, 23.473 víctimas mortales, el aumento de contagios disparado y siendo ya el segundo país más afectado del mundo, la pandemia se extiende por un Brasil azotado a su vez por la corrupción y las luchas políticas en las que el propio presidente, Jair Bolsonaro, no duda en utilizar cualquier medio.

El registro de la residencia oficial del gobernador de Río de Janeiro este miércoles ha sido el último episodio.

Investigaciones sobre el manejo de dinero público para el montaje de hospitales de campaña han llevado a las autoridades a allanar la residencia del gobernador Wilson Witzel y otros de sus inmuebles, incluida la oficina de su esposa Helena Witzel.

Según las acusaciones que han provocado  esta investigación existe una red de corrupción que involucra a funcionarios de la administración del sistema público de salud del estado de Río de Janeiro, entre ellos a Witzel y a su esposa.

Además del palacio de Laranjeiras, la residencia oficial del gobernador de Río de Janeiro, la Policía también allanó inmuebles de las que fueran las dos más altas cabezas de la Secretaría de Salud del estado de Río y de las instalaciones donde opera el Instituto de Atención Básica y Avanzada a la Salud, organización contratada por el Gobierno regional para la construcción de siete hospitales de campaña.

Río, el segundo foco del país

Con 17 millones de habitantes, Río es el segundo mayor foco de contagios del covid-19 en Brasil, con cerca de 40.000 infectados y más de 4.000 muertos, para un total en el país de cerca de 375.000 casos y más de 23.400 fallecidos, según el último balance oficial.

Está viviendo una de las peores crisis en el sistema público de salud, un problema que ha crecido a través de la historia por las corruptelas de los Gobiernos de turno y que estalló ahora con la pandemia.

Según la Fiscalía, la red de corrupción para la instalación de hospitales de campaña se valió de la sobrefacturación de contratos y falsificación de documentos, y el Gobierno de Río entregó hasta 154 millones de dólares para construir siete hospitales en seis meses sin licitación gracias a contratos de emergencia autorizados por la crisis sanitaria.

Los hospitales deberían estar funcionando desde el 30 de abril, pero hasta el momento solo opera parcialmente uno de ellos.
 
Otras investigaciones de corrupción

En Río de Janeiro, irregularidades en la compra de respiradores ya habían hecho rodar las principales cabezas de la secretaria de Salud

Sao Paulo, Ceará y Santa Catarina son otros estados del país  donde también se han realizado búsquedas, incautaciones y hasta capturas por los presuntos desvíos de fondos públicos durante la emergencia causada por el covid-19.

El lunes la Policía registró varios inmuebles en Fortaleza, la capital del estado de Ceará, en el empobrecido nordeste brasileño, por irregularidades en la compra de unos respiradores que llevaron al desvío de 25 millones de reales (unos 4,6 millones de dólares) de los cofres públicos.

El Gobierno de Santa Catarina también es foco de supuestas irregularidades por la pandemia por el fraude en el que habrían participado algunos funcionarios en la compra de 200 respiradores, por los que se pagaron anticipadamente y sin ninguna garantía 33 millones de reales (unos 6 millones de dólares).

En Sao Paulo, mayor estado de Brasil y el más afectado por la pandemia, las autoridades investigan la compra de 3.000 respiradores de China por el valor de 560 millones de reales (100 millones de dólares), de los que solo 150 fueron entregados hasta ahora.

Persecución política

Pero esta investigación no es ajena a las disputas políticas y a la política del presidente ultraderechista, que le ha llevado a enfrentarse con sus propios ministros.

Witzel, exjuez federal y quien ganó la Gobernación de Río bajo un discurso de «mano dura» contra la corrupción y la violencia, niega haber participado la red de corrupción y ha acusado Bolsonaro de estar detrás de lo que considera una persecución política.

El gobernador ha atribuido los allanamientos de este martes a la supuesta interferencia política de Bolsonaro en la Policía Federal, que provocó la renuncia del ministro de Justicia Sergio Moro este mes y que llevó a la Corte Suprema a abrirle una investigación al mandatario.

Witzel y Bolsonaro mantienen hace meses un enfrentamiento que se ha intensificado con la crisis de la pandemia y que incluye, desde el cruce de acusaciones por las investigaciones a Flavio, uno de los hijos de Bolsonaro, por desvíos de recursos en la Asamblea Legislativa donde es diputado, hasta la gestión de la pandemia.

«La Policía Federal debería hacer su trabajo (en otras partes) tan rápido como lo hizo aquí en el estado de Río de Janeiro porque el presidente cree que estoy persiguiendo a su familia y él solo tiene esta alternativa de perseguirme políticamente», ha señalado Witzel.

«Los allanamientos, además de ser innecesarios, no resultaron en nada, no fueron encontrado valores, joyas; se encontró apenas la tristeza de un hombre y de una mujer por la violencia y ese hábito de persecución política que está iniciando en nuestro país», acusó, a la vez que ha advertido de que lo ocurrido «va a pasar con otros gobernadores considerados enemigos».

Bolsonaro El presidente ultraderechista, por su parte, se ha limitado a una leve referencia para felicitar a la Policía Federal y ha dicho haberse enterado del operativo por los medios de comunicación.

Pero sí que ha negado las acusaciones de interferir en las investigaciones de la Policía y por las que le investiga el Supremo, que ha calificado de «livianas».

El presidente, que desprecia los avisos y recomendaciones médicas para prevenir la pandemia, se ha enfrentado también con los gobernadores que mantienen medidas de confinamiento, e incluso ha provocado la dimisión de dos ministros de salud.