A pesar de los toques de queda que rigen en varias ciudades estadounidenses, los manifestantes han vuelto a salir a las calles para denunciar el racismo policial y las disparidades sociales y económicas existentes en la sociedad.

En Dallas, la Policía ha utilizado gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes a su llegada al puente Margaret Hunt Hill, donde se han registrado enfrentamientos entre ambas partes. Después ha detenido a varios de ellos, que protestaban pacíficamente, según ha informado la cadena de televisión CNN.

El toque de queda ha entrado en vigor a partir de las 19.00 horas en esta ciudad de Texas, pero sólo rige en algunas partes, por lo que los manifestantes han marchado bordeando esas zonas.

Los manifestantes también marchan por las calles de Washington, la capital, violando el toque de queda. La tensión ha sido máxima a las afueras de la Casa Blanca, donde la Policía ha hecho uso de gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar una multitud con el objetivo de que el presidente, Donald Trump, visitara la iglesia de Saint John, para lo que ha tenido que cruzar el parque Lafayette. Trump ha posado ante las cámaras con una Biblia en la mano frente a las ventanas tapiadas de la iglesia.

La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, ha condenado a través de Twitter las acciones de la Policía y ha valorado como «vergonzoso» y «sin provocación» el uso de gases.

También la propia encargada de la iglesia, Mariann Budde, ha expresado su indignación al diario ‘The Washington Post’. «Estoy perpleja. Necesitamos liderazgo moral y el presidente ha hecho todo para dividirnos y acaba de usar uno de los símbolos más sagrados de la tradición judeocristana», ha declarado Budde, que pasó la jornada entregando botellas de agua a los manifestantes y llamando a la protesta pacífica.

En Nueva York se han registrado marchas en Brooklyn y Manhattan. Las autoridades neoyorquinas han avisado de que las personas no consideradas esenciales que se encuentren en la calle durante el toque de queda serán arrestadas y acusadas de un delito menor, lo que no ha disuadido a los manifestantes.

Aunque en su mayoría las marchas han sido pacíficas, ha habido estallidos de violencia esporádicos en algunas partes de Manhattan. Varias tiendas de Union Square han sido saqueadas y destrozadas. «Estas protestas tienen poder y significado. Pero a medida que avanza la noche, vemos que los grupos las usan para incitar a la violencia y destruir la propiedad», ha asegurado el alcalde Bill De Blasio.

Tropas de la Guardia Nacional y agentes de la Policía de Atlanta se han desplegado por el centro de la ciudad, situada en el estado de Georgia, para dispersar a los manifestantes cuando ha entrado en vigor el toque de queda, a las 21.00. Han arrestado a un total de 52 personas, según datos policiales.

Al tiempo que ha reconocido que la muerte de Floyd fue «fundamentalmente no americana, inhumana», Eric Garcetti, alcalde de Los Angeles,  ha instado a no llevar a cabo actos de violencia y saqueos. «Vamos a seguir haciendo todo lo posible para restablecer la paz y mantener esta ciudad segura», ha declarado.