Marc ARCAS

Esta vez pueblos y barrios ricos de EE.UU. también claman por la justicia racial

Sus calles están siempre impolutas y en ellas suena música clásica que emana de altavoces elegantemente escondidos entre jardineras. Es Walnut Creek, uno de los pueblos más ricos, conservadores y blancos del área de San Francisco (EE.UU.) que, para sorpresa de propios y extraños, se ha convertido en escenario de protestas y saqueos esta semana.

Las protestas en Estados Unidos se extienden también a zonas ricas.(Daniel LEAL-OLIVAS /AFP)
Las protestas en Estados Unidos se extienden también a zonas ricas.(Daniel LEAL-OLIVAS /AFP)

Lo ocurrido en este habitualmente soleado y aburrido municipio residencial representa una de las características más novedosas de la oleada de protestas por la justicia racial y contra la brutalidad policial que vive EE.UU: esta vez van más allá de las grandes ciudades y alcanzan tanto a pueblos pequeños como a barrios ricos.

En el caso de Walnut Creek, donde los ingresos medianos por hogar son de casi 100.000 dólares anuales (un tercio más que en el conjunto del país), las protestas se han repetido a lo largo de la semana, y han sufrido saqueos tiendas como Victoria's Secret, Ray-Ban, H&M, Lululemon, Nordstrom, Clarks y Macy's.

«Jamás me hubiese imaginado algo así. Aquí nunca ocurre nada, este es un pueblo tranquilo. Y ahora, de repente, tenemos cada día un enorme despliegue policial, saqueos en las tiendas... ¡y toque de queda!», cuenta a Efe Mark Lynch, vecino del municipio desde hace más de veinte años.

En una medida insólita, Walnut Creek ha mantenido a lo largo de la semana un toque de queda cada día desde las 6 de la tarde, después de que imágenes de una pelea callejera entre ladrones por repartirse el botín de la tienda H&M que acababan de asaltar fuesen reproducidas en las televisiones de toda California.


Marchas en los pueblos de Google

Igual que en Walnut Creek, Mountain View, otro pequeño pueblo californiano, residencial y famoso en el mundo por albergar la sede central de Google, ha sido escenario estos días de manifestaciones multitudinarias, en este caso, sin embargo, completamente pacíficas.

«Estoy aquí porque estoy cansada, cansada de mirar las noticias y ver cómo otra persona negra ha sido asesinada a manos de la Policía. Estoy tan cansada de ello que he venido aquí en solidaridad con mis hermanos y hermanas», dijo a Efe Linda Gracia, vecina de Mountain View y asistente a una de las marchas este jueves.

Como no podía ser de otra manera, las protestas en pueblos pequeños y municipios ricos reflejan la demografía del lugar, por lo que en la marcha del jueves en Mountain View apenas había personas de raza negra, y la mayoría de los cientos de manifestantes eran adolescentes blancos o asiáticos.

Se trata de un claro contraste con Oakland, la gran ciudad de la zona con mayor presencia de afroamericanos y con mucha más tradición de protesta social que Mountain View o Walnut Creek, y donde las protestas por la muerte de George Floyd a manos de la Policía han sido lideradas por la comunidad negra.

Un fenómeno nacional  

El fenómeno no se ha limitado a California ni mucho menos al área de la Bahía de San Francisco, sino que se ha repetido por todo el país, como por ejemplo en el acomodado y abrumadoramente blanco (91% de su población) pueblo de Grayslake, un suburbio al norte de Chicago que ha vivido las mayores manifestaciones que se recuerdan en muchas décadas.

Es precisamente la vasta extensión geográfica de esta oleada de protestas contra la brutalidad policial y por la justicia racial uno de los principales aspectos que la diferencian de episodios anteriores, como por ejemplo las manifestaciones tras la muerte de Michael Brown en Ferguson (Misuri) en 2014, también masivas y algunas de ellas violentas, pero circunscritas a grandes urbes.