El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, ha comentado este lunes que el brote registrado en un matadero en Gütersloh (oeste del país), en el land de Renania del Norte-Wesfalia, con al menos 1.331 contagiados, «debe ser tomado muy en serio».

En la habitual rueda de prensa semanal, Seibert incidió en que el Ejecutivo «observa muy de cerca» la situación, de la que se desprende «un elevado riesgo de infección», añadiendo que «de lo que se trata ahora es de contener este brote para limitar la propagación de los contagios» en torno a esta empresa cárnica.

Ha recordado que la semana pasada la canciller, Angela Merkel, y los jefes de los länder reafirmaron la postura de que «allí donde la dinámica regional de contagios lo requiera» se introduzcan amplias restricciones de contacto en el espacio público, «con el fin de contener el brote y evitar contagios que traspasen» las zonas afectadas.

En ese sentido, ha señalado que en los distritos en torno a Gütersloh y al brote en la empresa cárnica Tönnies ya se han tomado medidas, como el cierre de guarderías y colegios, y que el jefe del Gobierno regional, Armin Laschet, ha condicionado la introducción de restricciones adicionales al éxito en la contención de esta nueva oleada de contagios.

Rastrear cadenas de contacto

También el ministro federal de Sanidad, Jens Spahn, ha insistido, en declaraciones al diario ‘Rheinische Post’, en que «únicamente con una actuación decidida» en la región afectada por el brote puede evitarse la propagación a toda Alemania.

Una portavoz del ministerio ha explicado que desde el sábado se encuentran en el lugar tres epidemiólogos experimentados del Instituto Robert Koch (RKI), presente además con dieciocho personas en la zona para rastrear cadenas de contacto.

El RKI, que ha convocado para el martes una rueda de prensa sobre el foco de Gütersloh, destaca en su informe más reciente la relación del aumento del factor de reproducción con este y otros dos brotes localizados en complejos de edificios en Gotinga (norte) y en el barrio berlinés de Neukölln.

Elevado factor de reproducción

El instituto recuerda que, dado que la cifra de casos activos en Alemania es relativamente baja, los brotes localizados tienen una fuerte repercusión en los cálculos de factor de reproducción.

No obstante, resalta la necesidad de observar la evolución en los próximos días, «en particular en lo que respecta a la pregunta de si se produce un aumento de los casos positivos más allá de los brotes descritos».

El valor de reproducción de 2,03 se refiere a la comparativa que tiene en cuenta las infecciones en un intervalo de siete días respecto a los siete anteriores y que, por lo tanto, es considerado más estable al permitir un mayor balance de las oscilaciones derivadas de brotes localizados.

Si se toma como referencia el factor R menos estable, basado en una comparativa de las infecciones en un intervalo de cuatro días respecto a los cuatro días anteriores, el valor se sitúa incluso en 2,88.

Los cifras de reproducción estimadas en el caso de ambos modelos de cálculo se sitúan así entre 2 y 3, es decir, una persona con coronavirus contagia a otras dos o tres, cuando el objetivo es mantener este valor por debajo de 1, lo que implica que un individuo no necesariamente contagia a otro.

Más de 11 millones de descargas

El número total de positivos en Alemania después de darse a conocer el primer caso el pasado 27 de enero asciende a 190.359, lo que supone 537 más en las últimas veinticuatro horas, mientras que la cifra de fallecidos se sitúa en 8.885, tres más respecto al día anterior.

Al mismo tiempo, 175.300 personas se consideran recuperadas tras contagiarse con el coronavirus, 400 más en un día, según datos del RKI actualizados la pasada medianoche.

Por otro lado, la aplicación para teléfonos inteligentes lanzada la semana pasada por las autoridades alemanas y que permite a los usuarios rastrear los contactos con casos confirmados de coronavirus, lleva ya 11,7 millones de descargas, lo que el portavoz del Gobierno ha calificado de «inicio muy satisfactorio».

Según Seibert, la apuesta del Gobierno y de las empresas por la «transparencia» en el desarrollo de esta iniciativa «ha valido la pena y confirma que se trata de una app en la que la gente puede confiar».