Joseba ITURRIA

Las debilidades de la estructura de la Real, en evidencia en el momento crítico

Las goteras de un edificio solo quedan en evidencia cuando llueve y es en el momento decisivo de la temporada cuando se notan las debilidades defensivas de la Real que se preveían en verano al configurar la plantilla y que permitieron al Granada ganar 2-3 con cuatro remates por 19 de los blanquiazules y solo tres a portería.

Diego Llorente protesta por no señalar el fuera de juego que anuló al intentar despejar el balón. (Jon URBE/FOKU)
Diego Llorente protesta por no señalar el fuera de juego que anuló al intentar despejar el balón. (Jon URBE/FOKU)

La resaca de la derrota de la Real ante el Granada es la más dura de la temporada porque un equipo muy mermado físicamente, plagado de bajas y lleno de chavales con ilusión, tuvo la calidad, el alma y el corazón blanquiazul forjado en Zubieta para empatar un partido que se le había complicado con el 0-2 del descanso.

Pero en seis minutos, al rival le bastó su única jugada de ataque del segundo tiempo para encontrar la victoria que necesitaba para meterse en la pelea europea y para complicar las opciones del equipo blanquiazul.

Para analizar lo sucedido basta con ver el equipo que acaba el partido más importante de la temporada en Liga porque ganar hubiera supuesto poner pie y medio en Europa. Terminaron el encuentro Moya; Gorosabel, Diego Llorente, Le Normand, Aihen; Zubimendi, Merino, Roberto López; Djouahra, Oyarzabal y Barrenetxea. Un portero de 36 años que ya no tenía que estar en la Real porque acababa contrato el 30 de junio y el club no ha creído conveniente renovarlo y diez jugadores de campo con una media de edad de 22 años exactos.

E Imanol solo pudo hacer tres cambios porque no tenía más jugadores del primer equipo a los que recurrir y dar entrada a un cuarto joven del Sanse implicaba correr el riesgo de que una expulsión le impidiera tener el mínimo de siete con ficha de la primera plantilla en el campo para no ser sancionados por alineación indebida.

Se ha destacado mucho la media de edad de la plantilla realista cuando los resultados eran buenos, pero si tienes el equipo más joven con tanta diferencia y si solo quedan diez jugadores de campo del primer equipo disponibles es porque no has planificado bien la temporada ni has gestionado adecuadamente este mes durísimo para los futbolistas por la sobrecarga de partidos en tan poco tiempo.

El recurso a la experiencia de Moyá

En el fútbol tienes que hacer lo que se necesita en cada momento y, como no lo hagas, las consecuencias las vas a pagar en los momentos más críticos. Si tienes un equipo tan joven debes compensarlo con jugadores de más experiencia y por eso Imanol ha tenido que recurrir a Moyá en el momento más difícil de la temporada cuando ya se había acabado el contrato que tenía con la Real y llevaba desde el 6 de octubre sin jugar.

Los tres balones que fueron el viernes a la portería entraron y el mejor portero que tiene contrato ahora con la Real, Rulli, está de vacaciones. Que Moyá haya tenido que jugar los últimos tres partidos por su personalidad y su capacidad para colocar al equipo, que se nota cuando no hay público –es al que más se escuchaba ante el Granada– deja en evidencia la decisión tomada en un puesto clave en un equipo, la portería, después de que el argentino recuperara su mejor nivel la pasada temporada y haya sido el mejor del Montpellier en su cesión.

No puedes prescindir del portero titular para quedarte con el suplente y con uno que no ha debutado en Primera por el que apuesta la dirección deportiva, pero el entrenador no lo ve para comenzar la temporada ni para superar el momento más difícil.

Y de la misma manera no debes rescindir el contrato del central izquierdo titular, el más experto de la defensa y el único central zurdo que tienes, Héctor Moreno, para traer a un chaval suplente de la Segunda División francesa al que tienes que ceder en enero a la Segunda española porque su entrenador no lo ve para darle ningún minuto en Liga.

Durante toda la temporada Imanol ha tenido problemas para cubrir ese puesto con dos centrales diestros –Le Normand y Diego Llorente, que sobre todo el segundo ha sufrido mucho en esa posición– y a Zubeldia. Y tuvo que hacer debutar a Jon Pacheco ante el Getafe para jugar un partido esta temporada con un central izquierdo.

El navarro de 19 años cumplió, pero Imanol ha insistido con Le Normand, que había respondido bien, pero en el momento de la verdad los centrales no han estado a la altura y por eso la Real es el equipo al que le hacen más goles con menos jugadas de ataque tras el parón.

Y la Real ha prescindido de Pardo en enero cuando Zurutuza e Illarramendi no han podido jugar más que un partido entre los dos desde setiembre y ahora la Real se ha quedado sin jugadores en el centro del campo.

Un equipo desequilibrado

Al final se ha demostrado lo que se temía en verano, que era un equipo desequilibrado con demasiada pólvora en ataque –que Barrenetxea hubiera jugado 243 minutos en Liga hasta su exhibición del viernes es revelador– y unos cimientos muy débiles en defensa.

El talento y el caudal ofensivo del equipo ha sido inmenso todo el año e incluso cuando ha bajado tras el parón lleva ocho goles en ocho partidos, pero si recibes trece solo sumas cinco puntos.

Se lamenta Imanol, y es verdad, porque el fútbol no está siendo justo con la Real tras el parón, sobre todo en lo que se refiere a las decisiones arbitrales. Tampoco el árbitro ni el VAR vieron o quisieron ver un codazo a Oyarzabal dentro del área con el 2-2 que pasó desapercibido porque ni los realistas lo protestaron y que debió ser sancionado con penalti y expulsión.

Pero cuando las cosas se repiten y encajas goles con tanta facilidad es por algo. El Villarreal, sin contar el 1-4 contra el Barcelona y el 2-2 con el Sevilla, ha metido diez goles y ha recibido uno en los seis partidos que ha ganado tras el parón. Comete pocos errores y sus tres primeras victorias las consiguió con un solo gol. Algo parecido le sucede al Real Madrid, que ha encajado dos goles en estos últimos ocho partidos que ha ganado, ninguno en los cinco más recientes, con la ley del mínimo esfuerzo.

Un equipo que corre demasiado

Uno pensaba que los once partidos que se debían jugar en 35 días iban a beneficiar en el plano físico a la Real por ser precisamente un equipo joven que se basaba en el control del juego y del balón, pero la inexperiencia de la plantilla ha sido un factor negativo en esta fase complicada.

Desvelaba Imanol, ahora que en el fútbol todo está medido, que su equipo incluso tras el parón es de los que da unos datos más altos en el plano físico en cuanto a kilómetros recorridos, intensidad y velocidad.

Eso, como lo de ser el más joven, lejos de ser un elemento para presumir es señal de que no hace las cosas bien porque al final el equipo físicamente está destrozado a pesar de que Imanol ha repartido los minutos lo máximo posible desde los primeros partidos. Hay que correr menos y con más cabeza.

Jugar cada partido como si no hubiera un mañana y no saber leer lo que se necesita en cada momento es un pecado de juventud. Sonaba extraño cuando Imanol decía el jueves en la rueda de prensa previa al partido que un empate podía ser bueno, sobre todo porque también dijo que todos los que jugaron ante el Levante estaban en condiciones tras dirigir el último entrenamiento, algo que se demostró que no era verdad.

Pero sus jugadores no lo entendieron así y no supieron interpretar que ese punto que lograron en el minuto 83 era oro y se fueron a por el tercer gol. En un final de partido abierto en el que al Granada era al que no le valía para nada el empate porque quedaba a cuatro puntos y con el average perdido con la Real, le bastaron seis minutos y una jugada de ataque para ganar, ponerse a uno e igualar el average.

Y el lunes en Villarreal

Un golpe durísimo y cruel para la Real por todo lo que hizo, sobre todo cuando el lunes espera un Villarreal que gana con la ley del mínimo esfuerzo sus partidos.

Además recibirá a los blanquiazules a las 19:30 en pleno mes de julio, en el que el sol y el calor aprietan a esa hora y en esa zona, con dos días mas de descanso que un equipo muy castigado en el plano físico y en el anímico. La Real ha tenido esta mañana sesión de recuperación en Zubieta sin efectivos para realizar un entrenamiento habitual postpartido y mañana preparará el encuentro a las 16:00 a puerta cerrada.

Garantizaba Imanol tras el partido que el equipo se va a levantar, además él es el líder espiritual perfecto para conseguirlo, pero cada vez la pelea contra la adversidad es más desigual. Con todo, este equipo se merece entrar en Europa por todo lo que ha hecho y cabe esperar que algún día cambie la suerte, que el fútbol sea más justo… y que no se den tantas facilidades defensivas.