Imanol INTZIARTE

El PSE se desmarca de los actos festivos de Donostia y deja solo a su socio el PNV

El Ayuntamiento de Donostia ha organizado para este mes de agosto, desde mañana hasta el día 31, una serie de actos y espectáculos –culturales, gastronómicos, deportivos– bautizados con el nombre de Abuztua Donostian. A falta de poco más de 24 horas para el arranque y en pleno rebrote del virus, el PSE se ha desmarcado de esta inicitiva.

Presentación del programa Abuztua Donostian, el pasado 27 de julio. (@donostiafestak)
Presentación del programa Abuztua Donostian, el pasado 27 de julio. (@donostiafestak)

Se barrunta mar de fondo en las oficinas del antiguo casino. Veinticuatro horas antes de que dé comienzo lo que ha sido etiquetado como Abuztua Donostian, el PSE, socio del PNV en el gobierno municipal, se ha bajado del autobús y dice que no se cuente con ellos.

«Por responsabilidad ante la situación sanitaria, apoyamos la no celebración de la Semana Grande y, en la misma línea, no participaremos en los actos de carácter festivo programados para estos días», reza el tuit con el que escuetamente anuncian el desmarque.

Rebobinemos. Como todas las fiestas locales, la Aste Nagusia de este año quedó suspendida por la pandemia, para disgusto de unos, alivio de otros e indiferencia de los demás. Cada uno elegirá sus propios porcentajes, aunque resulta indiscutible que el bajón entre la parroquia local no es ni de lejos el mismo que si el próximo enero se tiene que suspender la festividad de San Sebastián.

Vamos, que no hace falta vallar Alderdi Eder como si fuera la plaza del Ayuntamiento de Iruñea o la de la Virgen Blanca de Gasteiz.

Precedente del Jazzaldia

Visto el panorama, el Ayuntamiento diseñó un programa entre el 8 y el 31 de agosto –fue presentado el pasado 27 de julio–, con actos «al aire libre, en recintos con aforo controlado y/o limitado, y siguiendo el protocolo de seguridad». En estas condiciones se celebró el Jazzaldia, con éxito de crítica y público y sin ninguna consecuencia en el plano sanitario, que se sepa hasta ahora.



El telón se alza este sábado con una recepción en el Palacio Miramar, muy ‘chic’ todo, lo del marco incomparable y todo eso. Quienes quisieran acudir tenían que reservar una invitación, que ya están agotadas.

A lo largo del día hay una travesía en piragua hasta Pasaia, harrijasotzailes en la Trini, un concierto en la recientemente bautizada como Plaza de las Enfermeras –junto al Kursaal–, donde además se instalarán puestos rodantes –food trucks– de comida y bebida… Y así seguirá hasta finales de mes, con concursos gastronómicos, mercadillos, música y teatro en la calle. O no, que aquí no hay nada seguro.

El objetivo es, como mínimo, doble. Hacer la ciudad más atractiva para disfrute de locales y visitantes, y generar ingresos para vendedores, músicos y otros artistas, en un verano muy duro para estos sectores.

Zonas muy definidas

La iniciativa no ha estado exenta de críticas, sobre todo porque los actos están centrados en una parte muy definida de la ciudad –la línea costera y el centro, ahí por donde pululan los turistas– mientras que a los barrios no se les ha dejado más que las migajas. Tampoco es que esto suponga una novedad por estos lares.

La cuestión es que los preludios del arranque han coincidido con un repunte de los casos de covid-19 y la voz de alarma lanzada por la consejera de Salud, instando a reducir al mínimo los contactos. Y aunque Donostia en ningún momento ha sido un punto caliente en lo que a contagios se refiere, los llamamientos de Murga chocan frente a los del Consistorio donostiarra animando a participar.

En esta tesitura, y viendo el cariz que está adoptando el tema, el PSE –que gestiona, por cierto, la concejalía de Turismo– ha decidido bajarse del carro y dejar a su socio en la estacada. Veremos si trae consecuencias.