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Los refugiados de Lesbos desconfían del Gobierno heleno y no quieren un campo nuevo

Las personas que hasta ahora vivían en el campo de Moria, más de 12.000, no quieren acceder en el campo provisional diseñado por el Gobierno griego, en el que, de momento, solo hay 5.000 camas. Además, carece de instalaciones sanitarias y de agua corriente.

Migrantes y refugiados en Lesbos. (Angelos TZORTZINIS/AFP)
Migrantes y refugiados en Lesbos. (Angelos TZORTZINIS/AFP)

Han pasado cinco días desde que un incendio acabara con el campo de refugiados de Moria, situado en la isla de Lesbos, en el que vivían hacinadas más de 12.000 personas pese a estar diseñado para 2.500. Estas personas se han quedado sin un techo y se resisten a instalarse en el campo temporal que está construyendo el Gobierno griego.

Kará Tepé, el nombre de este nuevo campo, está situado a tan solo dos kilómetros de Mitilene, la capital de la isla de Lesbos. De momento solo cuenta con 5.000 camas, y carece instalaciones sanitarias y no hay agua corriente. Un portavoz del Ministerio de Migración ha señalado que «está previsto» que haya agua, aunque no ha podido precisar cuándo.

Con agua o sin ella, lo cierto es que los refugiados no quieren entrar en este nuevo campo. Para ellos es una prolongación de su infierno anterior. Quieren marcharse de la isla cuanto antes.

«¡Qué se olviden de ello!»

El ministro de Migración, Notis Mitarakis, ha rechazado esa opción. «¡Qué se olviden de ello!», ha dicho, y ha advertido de que solo el que se registre y entre en el nuevo campo tendrá la oportunidad de que se le tramite su solicitud de asilo, y por tanto, posibilidades de abandonar en algún momento la isla.

Mitarakis ha anunciado que a partir del próximo lunes comenzará a funcionar con normalidad la actividad del servicio de asilo en la isla. Pero el problema es doble: muchos de los refugiados de Lesbos provienen de Afganistán y Pakistán y, por tanto, tienen pocos visos de que se les reconozca el estatus de refugiado.

De ahí a que sean los ciudadanos de estas nacionalidades los principales promotores de las protestas que se suceden a diario en la carretera que desde hace cinco días es «su hogar».

A ello se añade la falta de información o la información errónea que llega a sus oídos, y los bulos corren como la pólvora volviendo literalmente explosivas muchas situaciones.

Problemas sanitarios

Pero a medida que pasan los días, la situación de los refugiados está empeorando por momentos, y según ha explicado a Efe la directora de Médicos Sin Fronteras (MSF), Christina Psarra, muchas personas que estaban sanas, ahora están enfermando, y las que estaban enfermas, empeoran.

«Ahora estamos viendo las primeras consecuencias de la tragedia del incendio. Se están dando infecciones, problemas dermatológicos, deterioro de la salud mental, muchos están al límite de sus fuerzas. Hay muchas mujeres embarazadas y muchos bebés. No hay acceso a agua potable, ni a instalaciones sanitarias. No tienen cocinas y ni siquiera pueden preparar un biberón», ha apuntado.

Con la destrucción de Moria, muchos pacientes que estaban en tratamiento por problemas cardiológicos o diabetes ahora deambulan por la calle y están desatendidos. Afortunadamente MSF ha podido volver a poner en marcha el hospital de campaña que tenía instalado en el exterior del campo de Moria, y además ha podido abrir un segundo punto de tratamiento, junto a Kará Tepé.

Para MSF, un campo como Kará Tepé, sin embargo, no puede ser la solución: «No hay posibilidad de ofrecer condiciones de vida y salud dignas en este tipo de campos...Esperemos que Europa lo haya entendido esta vez», ha añadido.

Un campo cerrado

Mitsotakis reafirmó este domingo que el Gobierno griego instalará un campo permanente en Lesbos –el plan es que sea cerrado, con salidas controladas– y que solicitará el apoyo de Europa para que ondeen las banderas de Grecia y la UE en este nuevo lugar.

De momento, todavía no hay un terreno para ello, pues las autoridades y la población local se han resistido, pero en los últimos días se han sucedido las advertencias por parte de varios ministros, quienes han dejado claro que el campo se construirá, sin miramientos.