Ramón SOLA

Catalunya se prepara para la condena a Torra mientras España discute del Rey

La decisión del Gobierno de apartar a Felipe de Borbón de un acto hoy en Barcelona ha generado una ofensiva de la derecha. Mientras, Catalunya prefiere fijarse en la luna y no en el dedo: la inhabilitación del president Torra parece estar al caer.

Imagen de la foto colgada por Torra en Twitter. (@QuimTorraiPla)
Imagen de la foto colgada por Torra en Twitter. (@QuimTorraiPla)

El PP ha anunciado este viernes una ofensiva parlamentaria de demanda de explicaciones tras evidenciarse que ha sido el Gobierno español quien ha denegado a Felipe de Borbón acudir a Barcelona a un acto judicial al que los monarcas habían acudido durante 20 años.

El evento se ha celebrado este viernes con un revuelo creciente, mucho más en Madrid que en Barcelona. El sector derechista de la Judicatura ha entrado en cólera por lo que entiende como un desplante y el propio presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, ha excusado su asistencia alegando problemas de agenda, aunque se intuye una posible disconformidad con la decisión del Ejecutivo, o al menos incomodidad.

Puestos a calibrar sobre las razones del Gobierno para desaconsejar este desplazamiento, la de la seguridad, evocada por el ministro Campo, no parece la más creíble: el conseller de Interior catalán, Miquel Sàmper, se ha apresurado hoy a dejar claro que el dispositivo de los Mossos estaba preparado.

Entre los motivos políticos de fondo de Moncloa sobresalen tres posibles, que no son excluyentes entre sí sino que pueden sumarse: que se trate de un gesto del Gobierno Sánchez hacia el independentismo catalán de cara a unos presupuestos en los que necesita su apoyo, que considere inoportuna su presencia en vísperas del tercer aniversario del referéndum del 1-O al que Felipe de Borbón contestó con amenazas o que tema que la presencia se solape con la decisión del Supremo sobre la inhabilitación del president Quim Torra, que está al caer tras la vista de los recursos celebradas la pasada semana.

En este contexto, merece apuntarse que los Mossos se han declarado en «alerta máxima» ante esta nueva condena, después de que hace ahora un año la sentencia de cárcel contra los líderes del «procés» desencadenara respuestas masivas y en muchos casos violentas.

En Catalunya obviamente es este de Torra el motivo principal de atención. Después de que el president descartara, el mismo día de la vista del Supremo, que vaya a dar paso a elecciones si es removido, el modo de respuesta centra el debate.

En un primer momento cabe entender que será reemplazado por el vicepresident, Pere Aragonès, de ERC. Pero a partir de ahí, ¿habrá adelanto electoral? ¿quién lo determinará?

En entrevista a Efe (ojo al dato), el president en el exilio, Carles Puigdemont, ha deseado hoy que ERC se mantendrá «leal» a Torra, que el Parlament «levantará el dedo» y que «no acatará» una inhabilitación, por una mera pancarta cabe recordar.

Para cerrar este tema hay una pregunta que no es baladí. ¿Quién ha filtrado la decisión del Gobierno español de denegar la visita real, para lo que tiene competencia? Todas las pistas apuntan a Zarzuela, como un modo de expresar su disconformidad, lo que refleja un choque –o al menos rifirrafe– con Moncloa.

De hecho, tras el acto judicial de esta mañana el presidente del Consejo General, Carlos Lesmes, no ha tenido empacho en decir a los medios que Felipe de Borbón le ha telefoneado para decirle que «me hubiera gustado estar». Algunos jueces, y entre ellos Lesmes, han cerrado el evento al grito de «Viva el Rey». Desde entornos de Moncloa se les recuerda que el PP tiene bloqueada la renovación del Poder Judicial para hacer valer la mayoría de la era de Rajoy.