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Múnich

Cuarenta años después, Alemania recuerda el atentado de la ultraderecha en la Oktoberfest

La Oktoberfest de Múnich fue objeto el 26 de setiembre de 1980 del atentado ultraderechista más grave de la posguerra en Alemania, en el que murieron trece personas. Este viernes se ha recordado a las víctimas en un acto institucional celebrado en “Theresienwiese” (El Prado de Teresa), recinto que tradicionalmente acoge la popular fiesta bávara, cancelada este año debido a la pandemia.

En el lugar donde suele celebrarse la Oktoberfest se ha instalado una exposición sobre el atentado de 1980. (Christof STACHE | AFP)
En el lugar donde suele celebrarse la Oktoberfest se ha instalado una exposición sobre el atentado de 1980. (Christof STACHE | AFP)

El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha llamado a combatir de manera consecuente las redes ultraderechistas en el país al recordar el atentado neonazi perpetrado hace cuarenta años durante la Oktoberfest de Múnich, que se saldó con 13 fallecidos, entre ellos el autor del ataque, y 221 heridos.

«Los asesinatos terroristas de ultraderecha de los últimos cuarenta años no son obra de perturbados. Los autores estaban integrados en redes de odio y violencia o se dejaron instigar por ellas. Tenemos que identificar estas redes. Tenemos que combatirlas, con mayor decisión que hasta el momento», ha enfatizado en su discurso.

«Apartar la vista ya no está permitido –ha añadido–; no después del atentado contra la Oktoberfest; no después del proceso de la NSU» (siglas, en alemán, de “Clandestinidad Nacionalsocialista”, responsable de la muerte de nueve inmigrantes y una policía entre 2000 y 2007); no después de los escritos de amenaza de la NSU 2.0 (mensajes recibidos desde 2018 por figuras de la política y la vida pública)».

Entre las fuerzas de seguridad

También ha recordado el hallazgo de armas y listas de posibles objetivos de los denominados “grupos preparacionistas”, con vínculos con reservistas del Ejército y miembros de los organismos de seguridad, así como el reciente descubrimiento de un grupo de chat ultraderechista dentro de la Policía de Renania del Norte-Westfalia.

Sobre este último asunto, ha asegurado que los agentes de las fuerzas de seguridad defienden cada día la justicia, democracia y libertad, por lo que «son merecedores de confianza».

No obstante, ha advertido de que en la Policía no se pueden tolerar «enemigos de la libertad y la democracia».

«Sabemos que existen redes ultraderechistas. La serie de atentados de la NSU arrojó luz sobre este ángulo muerto de la persecución penal», ha comentado, en referencia a la impunidad con la que actuó ese grupo al no investigarse una posible trama neonazi y atribuir los atentados mortales a ajustes de cuentas entre extranjeros.

Profundamente arraigado en la sociedad

El recuerdo a las víctimas del atentado de 1980 debería servir también para reflexionar «sobre los errores, lagunas y puntos ciegos en el esclarecimiento de atentados de ultraderecha en el pasado».

Steinmeier ha lamentado que el extremismo ultraderechista esté «profundamente arraigado» en la sociedad alemana, subrayando que el recuerdo de los numerosos atentados perpetrados después de 1980 y el elevado número de víctimas que han dejado deben ocupar «un lugar adecuado en la memoria colectiva» de Alemania.

Una investigación inconclusa

En cuanto al propio atentado de la Oktoberfest, la Fiscalía alemana informó del cierre de la investigación por no concretarse los indicios sobre posibles cómplices que llevaron a la reapertura de la instrucción en diciembre de 2014, aunque matizó que «no se puede descartar la posibilidad de la participación de personas adicionales».

La investigación ya suspendida concluye que, el 26 de setiembre de 1980, el autor del atentado, Gundolf Köhler, hizo explotar, hacia las 22.20, una bomba en la zona oeste de la entrada principal del recinto que albergaba la Oktobefest, y que actuó por motivaciones ultraderechistas.

Köhler mantenía vínculos con círculos de extrema derecha; poco antes del atentado se había preguntado cómo influir en las elecciones generales de octubre; y, además, había expresado su deseo de un Estado basado en el modelo nacionalsocialista.

Una larga lista que sigue creciendo

Parece que desde el atentado de la Oktoberfest «ha transcurrido una eternidad», ha señalado hoy el presidente alemán en su discurso.

Pero a continuación ha indicado que «el terror» de «ese horrible día» está más presente que nunca después de la muerte en 2019 del político conservador Walter Lübcke a manos de un ultraderechista, del atentado antisemita de Halle con dos muertos en otoño pasado, y del ataque ultraderechista de Hanau el pasado febrero, con nueve personas con orígenes migrantes muertas, además del autor del tiroteo y su madre.