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La Fiscalía mantiene la petición de 24 años para el acusado de abusar de la hija de un amigo en Donostia

La Fiscalía de Gipuzkoa ha mantenido la petición de 24 años de prisión contra el acusado de abusar sexualmente de la hija de un amigo cuando ésta tenía entre 12 y 14 años en un caserío donostiarra. En la sesión de este jueves, la fiscal ha calificado la declaración de la víctima como «verosímil» y carente de «incoherencias».

La Fiscalía de Gipuzkoa ha mantenido este jueves su petición de 24 años y medio de cárcel para un hombre acusado de abusar sexualmente de la hija de un amigo, entre los años 2015 y 2017, cuando la niña tenía entre 12 y 14 años, en un caserío donostiarra y en una localidad castellanoleonesa.

La acusación particular, que ejerce la madre de la víctima, también ha mantenido su solicitud de 26 años y medio de reclusión para el procesado, quien en la última sesión del juicio por estos hechos, celebrada este jueves en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, ha insistido en su inocencia y ha reclamado su libre absolución en el uso de su derecho a la última palabra.

En la primera jornada de la vista, que tuvo lugar ayer, testificaron tanto el acusado como el padre y la madre de la víctima, además de la educadora familiar que atendía a la niña en el marco de la separación de sus progenitores iniciada antes de que tuvieran lugar los hechos.

La menor, por su parte, declaró a puerta cerrada por decisión del tribunal con el fin de preservar su intimidad y, según fuentes del caso citadas por Efe, mantuvo su incriminación del encausado.

Los hechos abusos habrían tenido lugar en algunos de los momentos en los que la niña acudía a estar con su padre, y el procesado, que tenía una relación laboral y de amistad con el progenitor, presuntamente se valía de la ausencia del adulto para someterla a distintos tocamientos de índole sexual.

Según la versión de las acusaciones, el hombre habría aprovechado varias ocasiones en las que sacaba a pasear a la menor montada en una burra por las proximidades del caserío, así como un momento en el que se quedó a solas con ella en una habitación de esta vivienda y posteriormente en el domicilio que unos parientes tienen en una localidad castellanoleonesa a la que todos ellos habían acudido a pasar unos días.

Durante la exposición de los informes de las partes, en la sesión del juicio celebrada este jueves, la fiscal ha asegurado que la declaración prestada por la víctima a lo largo del procedimiento judicial es suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado, ya que su testimonio es «verosímil», además de resultar «persistente» en la incriminación y carecer de «incoherencias».

Por su parte, la acusación particular ha destacado que la declaración de la menor -principal prueba de cargo contra el hombre-, no tiene «ninguna fisura» y ha sostenido que la prueba en contra del acusado «es clara».

Asimismo, ha atribuido las posibles pequeñas contradicciones de la versión de la chica al tiempo transcurrido y al distinto estado de madurez de la víctima en función de la edad que tenían según se fueron cometiendo los hechos y también en la actualidad, cuando ya cuenta con 17 años.

Por su parte, la abogada de la defensa ha explicado que las agresiones que se imputan a su cliente no se habrían desarrollado en un contexto de «clandestinidad» sino en lugares en los que la menor estaba en un entorno conocido y de «seguridad», en el que podría haber alertado de lo sucedido a su padre o a los familiares con los que pasó unos días durante las vacaciones.

En este sentido ha recordado que en el juicio la chica aseguró que el acusado no la sujetó, la agarró o le impidió moverse, por lo que podría haber parado una situación como la descrita «simplemente con levantarse». El juicio ha quedado visto para sentencia.