Andoni Lubaki naizplus bloga

El último de Alhucemas

«Era una persona muy querida» explica Nasser. «Era cristiano, bebía vino y criaba algún que otro cerdo traído por algún familiar desde España. José (Martínez García) se resistió a volver a su tierra natal cuando esto dejó de ser una colonia española. El se quedó. Algunos otros también, pero pocos. Dice mucho de por qué estaban aquí. No amaban esta tierra. Es como si estuvieran obligados a estar aquí. Cuando vieron la oportunidad de marcharse se fueron» dice Nasser mientras apura el té con hierbabuena.

Otro de los que aguantó hasta «el final» fue José Román. Muy querido en Alhucemas según sus habitantes y la gente a la que pregunto por él. Los dos fueron los últimos de Alhucemas. Ya no queda ningún español «originario» de la antigua colonia española vivo. Al parecer algún español muerto en la península ha querido ser enterrado aquí. Ignoro si lo consiguieron. Unos dicen que sí, pero no están en el cementerio cristiano. Otros al parecer fueron incinerados y sus cenizas esparcidas en la playa de Cara Bonita. La gente trata siempre de volver al lugar donde fue feliz, tratando se volver a serlo. Incluso después de muerto. Los dos últimos hacen buena la expresión de que «un hombre no es de dónde nace, sino de donde pace». Fueron los últimos de Alhucemas. El resto huyó y no volvió nunca dejando abandonados a los rifeños ante los marroquíes que los seguirían masacrando durante años.