Se termina la campaña, que deja paso a una jornada de reflexión cuya auténtica función se desconoce. La contienda de estos días ha estado marcada, en exceso, por las referencias de allí, con los debates televisivos, las encuestas y el puñetazo a Rajoy como luz cegadora. En el fondo, el pueblo vasco puede esperar sentado a que el Estado abra procesos constituyentes que reconozcan las realidades nacionales y el derecho a decidir.

Esta tarde se ha llevado a cabo el acto central de campaña de Aldaketa, una formulación distinta e interesante reflejo de un tiempo diferente.

La agresión a Rajoy es sin duda la noticia de la jornada en todos los medios españoles, también en los vascos. Esta vez, Pedro Sánchez, si se permite la broma, no se ha atrevido a decir que darle un puñetazo al presidente es lo que le hubiera gustado hacer a millones de españoles y, como no podía ser de otra manera, ha condenado el incidente, al igual que el resto de candidatos a sustituir a Rajoy.

Pocos hechos noticiosos se han producido estos días directamente relacionados con la campaña, por lo que en los informativos solo ha habido discursos de los candidatos y la previsible parafernalia electoral. Hoy, en cambio, se ha producido una noticia, no precisamente alentadora: la prohibición de una manifestación contra una eventual reapertura de la central nuclear de Garoña.

Estábamos en la redacción con las cosas de la campaña electoral cuando se han confirmado todos los extremos para poder publicar la entrevista que GARA solicitó hace semanas a David Pla, miembro de la delegación designada por ETA hoy en prisión. El periodismo manda.

El PNV, el PP y Ciudadanos conforman un triángulo en disputa, probablemente porque compiten por algunas bolsas de votos. Recordar las palabras de Erkoreka sobre un posible acuerdo entre los tres para el próximo gobierno en el Estado español serían poco oportuno en campaña.

Las campañas electorales no son lo que eran. Otrora, el último sábado de campaña estaba dedicado a los actos más multitudinarios. Lo que ya no es culpa de los tiempos es la falta de un eje central para un debate potente sobre la cuestión vasca al que hinquen el diente las distintas fuerzas. Muchas se borran.

La foto tiene su impacto. Exdiputados y exsenadores de la izquierda abertzale han llevado a cabo en Donostia una comparecencia, junto con otros de EA, para volver a decantarse por la ruptura democrática frente a la imposibilidad de una reforma realmente democrática del Estado. La imagen expresa otros muchos mensajes.

Se cumple hoy una semana de campaña en la que la mayoría de fuerzas evita debates de calado sobre el futuro de Euskal Herria. EH Bildu se ha salido del guión del resto de fuerzas y ha recordado la situación de los presos.