XANDRA ROMERO
SALUD

Nutrición en el embarazo y la lactancia

Un comunicado del Consejo General de Nutricionistas afirma que «las mujeres no cuidan suficientemente su alimentación, apenas cambian sus hábitos nutricionales durante el embarazo y la lactancia, y siguen comiendo mucho embutido y bollería». Según este colectivo y «barriendo para casa», estos malos hábitos alimenticios pueden tener que ver con la escasa información coherente y contrastada que recibe este colectivo debido, en gran medida, a la casi nula incorporación de dietistas-nutricionistas en el sistema de salud y, en concreto, en la atención de la mujer gestante.

Y es que los datos de un reciente estudio a 14.000 mujeres en periodo de gestación y lactancia muestran cómo el 43% reconoce haber tenido dudas sobre la alimentación durante ese periodo, sobre todo acerca del tipo de alimentos que se pueden consumir. Sin embargo, tan solo un 2% de las mujeres resuelven esas dudas con un dietista, a diferencia de un 46% que consulta a la matrona, un 23% al ginecólogo y el 13% busca en internet, recalcando lo peligroso de esto último. De acuerdo con este estudio sobre hábitos de alimentación, la mayoría de las encuestadas señala que consumían la misma cantidad que sin estar embarazadas, aunque intentaban reducir el consumo de bollería y repostería industrial, así como de embutidos y fiambres. Incluso un 40% de ellas asegura haber comido más frutas, ensaladas, pescados y lácteos.

Sin embargo, los resultados del estudio indican que estas modificaciones no son suficientes y que, en ambos casos, siguen comiendo muchos embutidos y bollería en contra de lo recomendado. Pero, ¿cómo hay que comer durante estas etapas? Lo cierto es que, para alguien con un peso saludable y que tenga una alimentación variada y equilibrada previamente, no es complicado incluir pequeñas modificaciones como, por ejemplo, evitar alimentos poco cocinados. Pero, por desgracia, este ejemplo no describe a la mayoría de la población, que debería hacer cambios más profundos en su patrón alimentario y que debería ser informada por el profesional adecuado de que:

• No existen alimentos especialmente recomendados (superalimentos) en estas etapas, sino una dieta sana cuya base sean frutas, hortalizas, frutos secos, legumbres o cereales integrales.

• No puede tomar bebidas alcohólicas, bebidas «energéticas» y debe tener cuidado con el café y el té.

• No pueden comer algas (por su alto contenido en yodo), hígado y, según el Ministerio español de Sanidad, tampoco grandes depredadores como pez espada, marrajo, cazón, lucio y ,en el caso del atún, el rojo por contener mucho mercurio.

• Debe tener especial cuidado con las preparaciones en crudo de carnes, pescados o salsas que incluyan alimentos como el huevo, por el peligro que supone una intoxicación para el feto.

• A pesar de que las mujeres encuestadas afirmaban aumentar la ingesta de líquidos durante el embarazo y la lactancia, este incremento no es suficiente si no se llega a consumir la cantidad de agua recomendada de 2,3 litros por día en términos generales.