BERTA GARCIA
CONSUMO

Devoluciones

A unque las fiestas ya han cerrado por inventario hasta el próximo diciembre, han llegado las rebajas y se sigue gastando. Para eludir remordimientos, nos autoconvencemos de tener «esta u otra» necesidad que cubrir, además de considerarnos expertos en la caza de increíbles descuentos. Bueno, al final, cada uno de lo suyo gasta.

Las compras precipitadas o con mucho barullo de gente siempre acaban provocando las consabidas devoluciones por falta de información. Hay que tener en cuenta varios supuestos si pensamos devolver o cambiar un producto, ya que, como consumidores, «tener derecho a» es bastante relativo.

Si el regalo de Reyes o la ganga la hemos adquirido directamente en una tienda, salvo que el comercio publicite que acepta cambios y devoluciones, no está obligado a hacerlo, solo en el caso de que el producto esté defectuoso y contemos con el ticket o factura de compra.

En cuanto a los plazos de garantía, estos varían dependiendo de si el artículo es nuevo o de segunda mano. Si es nuevo, tenemos dos años, pero si lo hemos comprado en un establecimiento de artículos de segunda mano, solo será de un año.

El comercio puede elegir entre las siguientes formas de satisfacer nuestro derecho de garantía: la reparación del artículo, la sustitución por otro artículo si no se puede reparar y una rebaja en el precio abonado o la resolución del contrato con la devolución del importe abonado y del artículo al comercio.

En el supuesto de haberlo comprado por internet, por venta telefónica o a través de catálogo podemos desistir de la compra y solicitar que nos devuelvan el dinero, aunque el artículo esté en perfecto estado. El plazo para hacerlo es de 14 días desde que se nos entregó y el vendedor tiene también 14 días desde que lo recibe para devolvernos el dinero. Para saber quién paga los gastos de envío de la devolución, deberemos acudir nuevamente a lo que han publicitado y a las condiciones contratadas. Si no dice nada, seremos nosotros quienes debamos pagarlos.