BERTA GARCIA
CONSUMO

Viajar en tren o en autobús

Agosto sigue siendo el mes de vacaciones por excelencia para la mayoría, y con el los viajes, las operaciones salidas y las pequeñas escapadas. Que ni las olas de calor, ni las cancelaciones de vuelo u otras causas nos amarguen estos días tan esperados. No obstante, cabe recordar algunos consejos prácticos para la ocasión. Por ejemplo, en el caso de que se vayan a realizar desplazamientos no excesivamente largos, existen alternativas al avión, un medio de transporte muy contaminante. El tren y el autobus son dos posibilidades y además salen a sus horas y nos dejan más cerca del centro urbano que las terminales de aeropuertos.

En cuanto a los derechos que nos asisten como viajeros de trenes o autocares, hay que decir que estamos cubiertos por el Seguro Obligatorio de viajes (SOV) y en el supuesto de la pérdida o deterioro de equipajes, la responsabilidad de la empresa es abonar 14,50 euros por kg. de peso estropeado o perdido, hasta un máximo de 600 euros por persona viajera.

En los supuestos de retrasos variará según el tiempo transcurrido. Si el retraso es de hasta una hora, se tiene derecho al reembolso del 50% del precio del billete. En el caso de que se supere la hora y media, el reembolso es de la totalidad del billete y, si en esa espera son necesarios hospedaje y/o alimentación, estos gastos serán cubiertos por la empresa hasta que facilite un transporte alternativo de similares características al adquirido en nuestro contrato.

Si el transporte sufre alguna cancelación de salida y se avisa con cuatro horas de antelación, la empresa estará obligada a pagar el doble del billete. Si la notificación se hace 48 horas antes del viaje, se podrá cancelar el mismo sin gastos y recuperando todo lo abonado.

En cuanto al autobús en concreto, el usuario tiene derecho a llevar un equipaje de hasta 30 kgs de forma gratuita. En caso de pérdida o deterioro las condiciones son iguales a las del tren. Y ante la cancelación o retraso del bus, se consideraría incumplimiento del contrato, pudiéndose incluso reclamar por daños y perjuicios si los hubiere.