MIKEL SOTO
gastroteka

Bloody Mary

Como tantas veces suele ocurrir, nadie sabe a ciencia cierta dónde o cómo surgió el cocktail conocido a día de hoy como Bloody Mary. La historia que hasta donde yo he investigado parece más veraz cuenta que en la década de 1920, un barman americano llamado Fernand Petiot empezó a servir en el Harry’s New York Bar de París un cocktail que consistía en zumo de tomate y vodka a partes iguales. En 1934 Petiot volvió a los Estados Unidos y, cuando empezó a trabajar en el King Cole Room del Hotel St. Regis en Nueva York, trajo su receta con él. Los ya para entonces sofisticados neoyorkinos no se quedaron muy impresionados por esa bebida roja y, sabiamente, le pidieron a Petiot que la condimentara, cosa que él hizo agregándole pimienta negra, salsa Worcestershire y zumo de limón, y, para los más valientes, un toque de Tabasco. En 1976, la empresa McIlhenny Company de la que ya hablamos cuando hablamos del tabasco, presentó el Tabasco Bloody Mary Mix, que básicamente es un preparado que te permite tener un rápido Bloody Mary añadiendo una parte de vodka a cuatro partes de Bloody Mary Mix. A día de hoy, hay múltiples variantes del cocktail al que le mezclan gambas, wasabi, encurtidos y un largo y, en mi humilde opinión, repugnante etcétera.

Nombre Bloody Mary. Hay dos versiones distintas sobre el nombre Bloody Mary. La versión más extendida es que se llama así en honor a María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón. María gobernó Inglaterra entre 1553 y 1558 y, casada con Felipe II, fue reina consorte de España entre 1556 y 1558. Es recordada por abolir las reformas religiosas introducidas por su padre Enrique VIII y reintroducir el catolicismo en Inglaterra, particularmente por las llamadas Persecuciones Marianas en las que condenó a unos 300 protestantes –obispos incluídos– a morir en la hoguera, y por ello recibió el apodo de Bloody Mary o María la Sanguinaria.

Hay una segunda versión que afirma que el dueño o encargado del Harry’s New York Bar de París le sugirió a Fernand Petiot el nombre de Bloody Mary porque le recordaba al bar Bucket of Blood Club de Chicago y a una camarera que trabajaba allí llamada Mary. Finalmente, parece fuera de toda especulación que el intento de los dueños del King Cole Room de Nueva York de llamar Red Snapper al Bloody Mary fue un fracaso estrepitoso.

Efectos secundarios y preparación. Se suele decir popularmente que el Bloody Mary es lo mejor contra la resaca y los defensores de esta teoría afirman que su base vegetal ayuda a calmar el estómago, la sal ayuda a recuperar las sales minerales perdidas en la resaca y el alcohol alivia el dolor de cabeza y cuerpo pero, honestamente, creo que es una patraña que permite a los borrachos de este mundo seguir bebiendo. A mí por lo menos no me ha curado ninguna resaca, pero tengo que admitir que es una gran bebida para esas horas de la mañana en la que ya tienes la boca un poco pastosa y no sabes a qué pegarle porque estás harto de cervezas, el vino te va a toñar mucho y el vermouth se te hace muy dulce.

Prepararlo es sencillo, se puede hacer en coctelera o batidora pero también directamente en un vaso alto, poniendo unos cuantos cubitos de hielo, 4’5 cl de vodka, 9 cl de zumo de tomate, 1,5 cl de zumo de limón (es decir, un tercio de limón y la mitad de vodka que de zumo de tomate), tres gotas de salsa Worcestershire, tres gotas de tabasco, un poco de pimienta negra y sal. A continuación se remueve enérgicamente –con la cuchara, si es en vaso– para que se enfríe sin que se derritan los hielos y se sirve, como hemos dicho en vaso alto, adornado con limón o un tallo de apio que yo no he tenido nunca a mano cuando lo he preparado.