XANDRA ROMERO
SALUD

Cómo cuidarse en la lactancia materna

Hemos hablado de los beneficios de la lactancia materna, pero nunca hemos abordado este periodo desde el punto de vista materno. ¿Qué dudas tienen las mujeres que están lactando?, ¿qué aspectos o cuidados deben tener en cuenta?

En términos generales, las pautas alimentarias de una lactante deben ser las de una dieta equilibrada, es decir, una base diaria de frutas, verduras y cereales de forma habitual durante la semana (de tres a cinco raciones); de legumbres y frutos secos; no más de cuatro lácteos al día, mejor si al menos la mitad son desnatados o semidesnatados; dos o tres veces por semana, proteínas de origen animal, como pescado, huevos o carnes (mejor carnes blancas); un máximo de tres veces por semana de carnes rojas y embutidos en general, y esporádicamente dulces.

No obstante, recuerda que igual que durante el embarazo es necesario tomar ciertos suplementos nutricionales, ya que en estas etapas aumentan las necesidades de algunos nutrientes, durante la lactancia hay que tomar diariamente un suplemento de 200 microgramos de yodo, además de sal yodada. Especial atención merecen también la mayoría de las vitaminas hidrosolubles, especialmente B2, B6 y C, que al diluirse en agua, se “pierden” por la leche.

La hidratación es otro factor muy importante en una dieta equilibrada, pero en esta ocasión, no siempre es necesario beber más, si no que, como siempre decimos, beber en función de la sed. ¿Lo ideal? Agua. Los zumos pueden ser válidos, son nutritivos, etc, pero si se abusa de ellos, pueden contribuir a un aumento de peso. Los tés e infusiones están desaconsejados, ya que hidratan, pero contienen sustancias potencialmente farmacológicas de las que aún no se sabe demasiado acerca de su seguridad.

Por otro lado, esta no es una situación exenta de mitos. Lamentablemente, siguen bien arraigadas en nuestra sociedad ideas tales como que algunos alimentos (espárragos, ajo, cebolla, alubias, etc) dan “mal” sabor a la leche y por eso hay que evitarlos. Los estudios demuestran que dichos alimentos no afectan en absoluto a la correcta lactancia. Por otro lado, ningún alimento flatulento, como las alubias o los garbanzos, causan la menor molestia al bebé, pues los gases se producen exclusivamente con la digestión de esos alimentos en el intestino materno y no alcanzan su leche.

Por último, no nos olvidamos de una de las preocupaciones más reiteradas en este colectivo: la recuperación del peso. Sin embargo, es importante tener claro que las necesidades energéticas durante esta etapa siguen siendo elevadas, por lo que se desaconseja comenzar una dieta hipocalórica de cualquier tipo, ya que la dieta de la madre no solo influye en la cantidad de leche producida, sino en la composición de la misma.

Sin embargo, una buena noticia: las mujeres que amamantan recuperan más rápido y mejor la figura que las que no lo hacen, sobre todo si la lactancia dura más de seis meses. Además, la lactancia es el único momento de la vida de una mujer en el que se moviliza con facilidad la grasa acumulada en las caderas y glúteos, por lo que es el mejor momento para hacer algo de actividad física suave.