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BuJumbura

Alertan del clima prebélico en Burundi y llaman a la mediación internacional

International Crisis Group (ICG) alertó ayer sobre el clima prebélico en Burundi y apeló a la reacción internacional urgente para buscar una salida a la grave crisis política que vive el país desde que el presidente, Pierre Nkurunziza, decidiera presentarse a un tercer mandato.

La organización International Crisis Group (ICG) advirtió ayer de que en Burundi se están viviendo «preludios de la guerra» y llamó a la mediación internacional. «Hemos constatado un cambio cualitativo en la violencia. Se ha pasado de las manifestaciones en las calles y el intercambio de violencias por ambas partes al asesinato de destacadas personalidades», señaló a AFP Thierry Vircoulon, responsable de África Central en ICG.

El domingo, el general Adolfo Nshimirimana, hombre fuerte del aparato de seguridad de Burundi y muy cercano al presidente, Pierre Nkurunziza, fue ejecutado en Bujumbura en un ataque con cohetes. El lunes, una destacada figura del ámbito de la defensa de los derechos humanos, el veterano activista Pierre-Claver Mbonimpa, fue herido de gravedad cuando intentaron matarle.

«Por un lado, el mensaje enviado con la muerte de Nshimirimana es que el siguiente puede ser Nkurunziza. Esto muestra que la estrategia es apuntar a la cabeza del poder», sostuvo Vircoulon, quien agregó que «también está claro que lo que le sucedió a Mbonimpa es la res- puesta al asesinato del general».

Burundi está inmersa en una grave crisis política desde finales de abril, cuando surgió un movimiento de protesta contra un tercer mandato presidencial. A pesar de la ola de violencia que dejó cientos de muertos y del abortado intento de golpe de Estado de mediados de mayo, Nkurunziza (en el poder desde 2005) fue oficialmente reelegido a finales de junio en unas elecciones impugnada por la oposición, la sociedad civil y gran parte de la comunidad internacional.

La muerte de general Nshimirimana, antiguo compañero de armas de Nkurunziza en el seno de la rebelión hutu durante la guerra civil que ensangrentó el país entre 1993 y 2006, fue un shock para el campo presidencial y aumenta el temor a una venganza a gran escala contra los opositores al régimen, en particular por parte de la liga juvenil del gobernante CNDD-FDD, considerada una milicia por Naciones Unidas.

En un discurso a la nación la noche del domingo, el presidente Nkurunziza, sin embargo, hizo un llamamiento a la moderación. «Permaneced unidos y evitad caer la trampa de la venganza», manifestó.

«Este régimen tiene dos caras», comentó Vircoulon: «En todo caso, el presidente difícilmente puede mantener, como ha hecho hasta ahora, que el país está en calma y en paz».

El responsable de ICG para África Central pidió, ante el agravamiento de la situación en el país, una «reacción internacional urgente y a la altura».

Desde la reelección de Pierre Nkurunziza a finales de julio, «la mediación internacional casi ha desaparecido, dejando las puertas abiertas a la violencia», lamentó Vircoulon, quien subrayó que «la mediación ya no está desempeñando su papel y sería necesario que fuera relanzada cuanto antes».

Crímenes de guerra en Kordofán del Sur

Amnistía Internacional (AI) ha denunciado que las fuerzas gubernamentales de Sudán han cometido crímenes de guerra contra la población civil en el estado de Kordofán del Sur, destacando «el coste humano» de un conflicto que se ha cobrado «centenares de vidas civiles» y «ha generado una terrible crisis humanitaria». AI señala que «las ofensivas terrestres y los bombardeos aéreos indiscriminados» y «los ataques deliberados contra escuelas y hospitales» de las fuerzas gubernamentales de Sudán constituyen «crímenes de guerra», porque «atacar infraestructuras y zonas civiles donde no hay ningún objetivo militar legítimo, utilizando armas prohibidas y de otros tipos de manera indiscriminada, es un crimen de guerra. Es hora de que la comunidad internacional deje de apartar la vista de lo que ocurre en Kordofán del Sur y tome medidas urgentes para poner fin a este conflicto», afirmó. Además, aseguró haber encontrado municiones de bombas de racimo en al menos cuatro puntos de los condados sudaneses de Dalami y Umm Dorain y dijo haber escuchado testimonios de cómo habían muerto niños por jugar con artefactos sin detonar.GARA