Aitor ANDIA
Athleticzale en Madrid
RUGIDOS ROJIBLANCOS

¿Euforia o mesura?

Después del Athletic 4- F.C. Barcelona 0 y de su repercusión mediática mundial (que nadie se venga arriba, que es por la identidad del derrotado), se han alzado algunas voces invitando a exteriorizar la euforia de la nación zurigorri, y otras invitando a no exagerar al ser la Supercopa el título que está en juego. Voy a tratar de argumentar en cuatro flashes el por qué en mi opinión, el partido del viernes, y si se confirma, la consecución de un título en el Nou Camp, tienen una importancia capital para el futuro del Athletic mucho más allá del valor del título en sí.

En primer lugar, establece un nuevo referente para toda una generación athleticzale que no vivió los títulos de los 80. El establecer este nuevo referente en un momento en el que el fútbol está tiranizado por un oligopolio de clubs, que acaparan absolutamente toda la atención mediática e invisibilizan el resto de las apuestas, es estratégico. Estoy pensando no solo en la afición, sino en los chavales que van a entrenar al fútbol con camisetas del Chelsea, Bayern, Barça, etc. En segundo lugar, supone un refuerzo a una apuesta por competir sin excusas hecha por el club desde 2011, arrinconando discursos derrotistas y subiendo el listón de exigencia. El ‘terremoto’ que supuso Bielsa es clave a mi entender. En tercer lugar, refuerza la política del club en lo que a los refuerzos se refiere. Titulares como Eraso, Beñat, Etxeita o Aduriz demuestran que salir de Lezama no es el fin del mundo, y que se puede volver con garantías. Y en cuarto lugar, cuestiona el argumentario esgrimido por algunos jugadores para buscar una salida del club o para no venir, de que solo fuera del Athletic se puede luchar por títulos. Cuestan más, es cierto, pero se puede.

Por todo ello, considero que se debe ser cuidadoso con la digestión del título en caso de lograrse, pero en ningún caso minimizar su importancia. Debería ser asumido como parte del proceso de crecimiento competitivo e importante refuerzo de cara a la consecución de cotas más altas.

Cuando uno va a una boda, no es muy inteligente atiborrarse con los entremeses. Hagamos de esto un abreboca. Para Aduriz, Gurpegi, etc, es un premio al compromiso. Que Williams, Eraso, San José, Merino y compañía se acostumbren a saber competir a este nivel, y soñemos.