GARA
BRUSELAS

La CE plantea para 2019 el Fondo Monetario Europeo

La amplia reforma de la estructura institucional de la eurozona, anunciada repetidamente en los últimos años, se ve más cerca desde ayer, una vez que el Ejecutivo comunitario ha presentado formalmente su propuesta, en la que se recoge la idea de crear un Fondo Monetario Europeo antes de las próximas elecciones al Parlamento de Estrasburgo, a mediados de 2019. Ahora, los planteamientos de la Comisión Europea tienen que lograr el plácet de los Estados.

La llegada de Emmanuel Macron al Elíseo, hace apenas seis meses, dio un fuerte impulso a la «refundación de la Unión Europea», sumergida en un largo impasse del que no parecía fácil salir. El presidente francés buscó enseguida el respaldo de Angela Merkel y, una vez alcanzado un consenso básico entre ambos mandatarios, se decidió esperar a las elecciones alemanas del pasado 24 de setiembre para retomar el asunto.

En este guión no entraba la difícil negociación que está teniendo que dirigir, y digerir, la canciller alemana para renovar en el cargo. No obstante, desde Bruselas se había insistido en las últimas semanas en que la situación doméstica alemana no iba a bloquear el calendario comunitario y, efectivamente, ayer se dio un importante paso en el camino hacia las tan anunciadas reformas, aunque limitadas a la zona del euro.

«La eurozona va mejor en el plano económico y eso ofrece una oportunidad para preparar el futuro que hay que aprovechar», comentó, al presentar las propuestas, el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, quien añadió que, mientras en la crisis «teníamos que reparar el barco», ahora «navegamos en aguas más calmas», como informó Efe.

Su primera apuesta es convertir el actual fondo de rescate de la eurozona –oficialmente denominado Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)– en un Fondo Monetario Europeo (FME). La CE propone reforzar el papel de ese organismo en la gestión de los futuros rescates y hacerlo responsable del cortafuegos para el Fondo Único de Resolución, un instrumento destinado a financiar, como último recurso, las quiebras bancarias.

Este se nutrirá de contribuciones de entidades financieras y en el año 2023 deberá tener 55.000 millones de euros, pero aún falta por constituir un cortafuegos común, es decir, una especie de bolsa con fondos aportados por los estados que se usaría si se dan varias quiebras seguidas o se produce alguna tan costosa que esos 55.000 millones no sean suficientes.

La Comisión propone mantener la capacidad de préstamo del FME en 500.000 millones de euros ampliables, como ahora, pero quiere que deje de ser un órgano intergubernamental donde toda decisión depende de los estados y pase a ser comunitario, es decir, que esté regulado por los tratados y sujeto a escrutinio de la Eurocámara.

Los estados de la eurozona están de acuerdo en dar más competencias al MEDE y en que se ocupe del cortafuegos del Fondo de Resolución y, más allá de la denominación, no se oponen a hacer de él un Fondo Monetario. Sin embargo, será difícil que acepten dejarlo en manos comunitarias, puesto que ya han dicho que prefieren su formato intergubernamental.

Disciplina fiscal

Por otra parte, Bruselas propone crear un «instrumento de estabilización fiscal» al que puedan acudir los países golpeados por una crisis cuando sus recursos estatales no sean suficientes. En este caso, no especifica qué volumen monetario tendría.

Para acceder a los fondos, los estados deberán cumplir las normas de disciplina fiscal establecidas por la Comisión y, además, «no supondrá un sistema de transferencias permanentes», advirtió Moscovici.

Precisamente, los socios económicamente más fuertes, como Alemania, temen que esta herramienta desincentive las reformas y acabe convirtiéndose en un sistema en el que los estados que mejor lo hacen paguen los platos rotos de los que no cumplen.

Entre los Diecinueve hay un relativo consenso sobre la necesidad de un mecanismo anticrisis, pero están lejos de un acuerdo sobre cómo conseguirlo; también podría tomar la forma de un reaseguro de empleo europeo o un fondo de reserva para periodos difíciles.

Asimismo, Bruselas propondrá un mecanismo para impulsar las reformas en los estados y otro para facilitar la adhesión de nuevos miembros al euro.

Y aboga por fusionar las funciones de comisario de Economía y presidente del Eurogrupo en una nueva figura de ministro de Economía de la UE.