Emprender sin necesidad de contar con una idea es la principal ventaja que ofrece Creactivalia. Esta asociación sin ánimo de lucro impulsa un nuevo modelo de incubación. Tiene detrás a diez emprendedores con experiencia en diversos campos. Conscientes de que no iban a poder llevar a cabo las más de cien ideas que tenían, hace dos años crearon esta herramienta para darles salida, compartiéndolas con más gente. Actualmente son más de 60 personas en este colectivo que quiere «activar el ADN emprendedor de la gente». En su labor colaboran con «agentes de cambio» como Mondragon Unibertsitatea, Oarsoaldea, Fomento de San Sebastian, Cebanc o Kutxa Kultur.

La innovación es el eje de Creactivalia. Su principal particularidad es que cuenta con un banco de ideas que pone a disposición de todo aquel que quiera emprender. «No pedimos nada, ni en cuanto a edad, a formación… nada. Simplemente ganas de emprender», explica Manuel González, uno de los responsables de la iniciativa. Miran su formación, experiencia y conocimientos para encontrar qué puede aportar. De acuerdo a eso ubican al participante en un proyecto. Los grupos no superan las cuatro personas y son los participantes quienes fijan el tiempo para cumplir cada uno de los retos.

Los proyectos surgen de la búsqueda de soluciones a múltiples problemas, así como de rastrear otros mercados para importar servicios o distribuir productos. Si la idea es de Creactivalia, mantiene el 51% de la sociedad y el 49% restante se reparte entre el equipo en función de la dedicación y el trabajo que realizan. En cambio, si es el emprendedor el que la aporta, «con que sea viable e innovadora», se implica con un 10% de la sociedad, aunque la función que lleva a cabo «es exactamente la misma».

Es una iniciativa «de emprendedores y para emprendedores», por lo que se centra en cubrir sus necesidades. La básica, en opinión de González, es suprimir el miedo, ya que «si tienes miedo a emprender, el talento no te sirve de nada; porque no das el primer paso». Lo hacen eliminando la presión financiera y la del entorno. Atajan la incertidumbre económica mediante la sociedad, por ejemplo, «si necesitamos a alguien que nos haga una plataforma web de 20.000 euros, en vez de ir al banco a pedir el dinero, invitamos a quien lo haga a entrar de socio»; y la del entorno, no renunciando a nada para participar. González apunta que el 95% de la gente que está emprendiendo con ellos también estudia o trabaja. De este modo, avanzan más despacio, pero sin presión.

Dinamizar a través del emprendizaje

En estos momentos están activando varios proyectos. Uno de ellos es una oficina colaborativa o coworking situado en un centro comercial de Oiartzun, que se puso en marcha la semana pasada. González recuerda que «Mamut nos convocó a una reunión para dinamizar la primera planta, que tiene catorce locales vacíos». Han realizado dinamización cultural en otros centros de este tipo y les plantearon un proyecto ideado para uno en A Coruña que no pudieron implantar. «El plan de dinamización consiste en llenar esos locales con emprendedores y convertir toda la planta en un centro de innovación y emprendimiento. La primera pieza es el coworking», resume. En la segunda planta está la incubadora de Creactivalia donde desarrollarán los proyectos, de modo que cuando maduren y estén a punto de facturar, ocupen los locales disponibles.

La oficina tiene espacio para cincuenta autónomos e inicialmente han entrado siete. Los primeros treinta tendrán una cuota de 95€ mensuales más IVA para siempre, mientras que el resto pagará 190€. «Eso nos da un pequeño superávit para traer ponencias y hacer actividades de cara a todos los coworkers». Al margen de trabajar en la oficina con sus clientes, tendrán la opción de unirse a los proyectos de la plataforma. Es un reto «ambicioso, pero bastante viable». Quieren utilizar este «experimento» para la creación de otra empresa, Centralia, dedicada a «activar centros comerciales de España que están en quiebra con este sistema e ir conquistando espacios para los emprendedores», avanza el responsable.

Otras iniciativas son Bunker House, dedicada a la construcción y venta de viviendas hechas mediante containers marítimos cuya innovación está en el servicio, ya que «cualquier arquitecto va a poder hacer sus diseños y cuando un cliente los compre, nosotros lo construimos y él coordina la obra»; y la plataforma online Sociosanitaria que da servicio a personas con movilidad reducida poniéndoles en contacto con cuidadores y profesionales socio-sanitarios; e incorpora tecnología como pulseras o cámaras.