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Italia convoca al embajador francés y exige disculpas tras la crisis del «Aquarius»

La crisis entre París y Roma por el barco «Aquarius» se agravó ayer al convocar Roma al embajador francés tras las «inadmisibles» palabras de Emmanuel Macron y exigir disculpas a París. Italia amenazó con cancelar la reunión entre Macron y Conte prevista para mañana, y el ministro italiano de Economía plantó a su homólogo galo en París.

Italia convocó ayer al embajador francés en Roma y amenazó con anular una reunión entre el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, si París no se disculpa por sus declaraciones sobre la crisis del ‘Aquarius’, el barco que rescató 629 refugiados y migrantes que serán acogidos en el Estado español.

Tras 72 horas navegando en círculos en el Mediterráneo, frente a Malta, que también cerró sus puertos, el ‘Aquarius’ puso rumbo el martes por la noche hacia València, a donde se espera llegue mañana o pasado. Ayer navegaba junto a dos buques italianos frente a Sicilia.

El ministro de Interior italiano, el ultraderechista Matteo Salvini, exigió que Francia se disculpe de forma «oficial» y de no hacerlo estimó útil cancelar la reunión prevista para mañana entre Conte y Macron, sobre quien siguen lloviendo las críticas, incluso en el seno de su propio partido, por el silencio y la respuesta tardía de París.

Poco después de las palabras de Salvini, el titular italiano de Economía, Giovanni Tria, canceló su encuentro de ayer en París con su homólogo francés Bruno Le Maire, quien dijo lamentar la decisión y confió en poder celebrar la reunión «muy pronto».

En tanto, el ministro italiano de Exteriores, Enzo Moavero Milanesi, recibía a la «número dos» de la Embajada de Francia en Roma, Claire Anne Raulin, adonde había sido convocado el embajador.

Moavero, que recibió personalmente a Raulin, subrayó el carácter «inaceptable» e «injustificable» de las declaraciones del martes sobre el rechazo italiano a acoger en sus puertos al ‘Aquarius’. Ese día Macron criticó el «cinismo» y la «irresponsabilidad» de Roma, lo que desató la furia de Italia. Según Moavero, esas declaraciones de Macron «socavan las relaciones entre Italia y Francia».

Es la segunda convocatoria similar, en marzo sucedió lo mismo por un incidente también sobre la crisis migratoria, un tema que envenena regularmente las relaciones bilaterales.

Palabras y gestos

Ante el Senado, Salvini dijo ayer que Francia debe pasar «de las palabras a los actos», y recordó que París se comprometió a recibir a más de 9.000 refugiados y migrantes llegados los últimos años a Italia pero solo ha acogido a 640. Y tras agradecer a Madrid su gesto, señaló que Italia acoge a «170.000 solicitantes de asilo mientras que en España son unos 16.000», por lo que le recordó a presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que «tiene un margen importante para ejercer su generosidad y su acogida, también en las próximas semanas».

El Ministerio francés de Exteriores señaló en un comunicado que el Estado francés está «comprometido con el diálogo y la cooperación» con Italia en la gestión de la crisis migratoria. «Somos conscientes de la carga que la presión de la migración está ejerciendo sobre Italia y los esfuerzos que está realizando ese país», indicó.

Macron pidió ayer a su equipo no «ceder a la emoción», y dijo que continúa trabajando «de la mano» con Italia.

Roma acusa regularmente a sus socios europeos de dejar al país gestionar solo la crisis migratoria y a los 700.000 migrantes que desembarcaron en sus costas desde 2013.

«Francia rechaza todos los días a migrantes en Ventimiglia», en la frontera común, escribió en Facebook el viceprimer ministro italiano, Luigi Di Maio.

La mayoría de eurodiputados reclamaron a los gobiernos de la UE que tomen el ‘Aquarius’ como revulsivo para reformar sus políticas migratorias y de asilo.

 

Salvini, Kickl y Seehofer crearán un xenófobo eje

Los ministros de Interior italiano, Matteo Salvini; austriaco, Herbert Kickl, y alemán, Hors Seehofer, halcones respecto a la cuestión migratoria, constituirán un xenófobo «eje de voluntarios» para enfrentar la inmigración irregular, algo que ahonda

en la brecha en el seno de la UE.

Otro golpe para la canciller alemana, Angela Merkel en pleno pulso con su titular de Interior, el ultraconservador bávaro Seehofer por su propuesta de endurecer la política migratoria, que amenaza el frágil equilibrio de la coalición entre la CDU, la CSU y el SPD.

Pero fue el canciller austriaco, Sebastian Kurz, quien anunció, junto a Seehofer en Berlín, «un eje de voluntarios en la lucha contra la inmigración ilegal» con Roma y Berlín. Algo que no citó la víspera en una crispada rueda de prensa con Merkel.

Este eje, un término que recuerda la alianza fascista de la Segunda Guerra Mundial, reunirá a los ultraderechistas Salvini y Kickl con Seehofer.

«Me alegra la buena cooperación que queremos construir entre Roma, Viena y Berlín», declaró Kurz, mostrando su complicidad con Seehofer. «Es importante no esperar la catástrofe, como en 2015, y actuar a tiempo», dijo.

Insistió en su idea de crear centros de acogida fuera de la UE, un plan que comparten Países Bajos y Dinamarca y, junto al eje Roma-Berlín-Viena, debilita a Merkel, que quiere un acuerdo sobre un sistema de asilo europeo de cara a la cumbre de finales de mes. GARA