GARA
BILBO

«El sindicalismo es más necesario que nunca, pero no vale cualquiera»

LAB afronta el periodo electoral concentrado que se abre en octubre como una oportunidad para profundizar en el cambio social y garantizar un trabajo y una vida dignas. Subraya que cuenta con el «modelo más adecuado» para representar un sindicalismo de contrapoder en un momento en el que es «más necesario que nunca».

El contrapoder sindical, el sindicalismo sociopolítico y un modelo sindical renovado son los ejes sobre los que LAB articula su propuesta ante el periodo concentrado de las elecciones sindicales. «El sindicalismo es más necesario que nunca, pero no lo es cualquier sindicalismo», subrayó su secretaria general, Garbiñe Aranburu, antes de apostillar que el sindicato abertzale «está dispuesto y preparado para hacer frente a este tiempo».

Aranburu, acompañada de Izaskun García, responsable de Organización; y Dabid Lizarralde, encargado de Dinamización, dieron a conocer en Bilbo sus retos ante el proceso electoral que se abre de octubre a marzo, con la aspiración de consolidarse como segunda fuerza en la CAV, ampliando la distancia con CCOO, superar el listón del 16% en Nafarroa y, a corto-medio plazo, convertirse en el segundo sindicato de Hego Euskal Herria y ampliar su representación en el norte del Bidasoa.

Tras indicar que «el sistema quiere poner límites a la negociación colectiva», Aranburu constató «el fracaso del sindicalismo de concertación», de las «estériles» mesas de diálogo social, y destacó que el sindicato que dirige es «el único que desde sus inicios ha basado su modelo sindical en el contrapoder».

El modelo «más adecuado»

Declaró, en este contexto, que LAB cuenta con el modelo «más adecuado» para representar un sindicalismo de contrapoder, que apuesta por la lucha para combatir la precariedad laboral y un sindicalismo sociopolítico que defiende el derecho a decidir del pueblo vasco, además de contar con una oferta sindical renovada.

Precisó que LAB está donde «se gestan movilizaciones sociales y luchas» como las plataformas de pensionistas, el movimiento feminista, Gure Esku Dago y la dinámica en favor de los jóvenes de Altsasu, además de en los centros de trabajo. No olvidó su trabajo en favor de la transformación social y el cambio político, «imprescindible para esta transformación social».

«Luchamos para cambiar las actuales políticas públicas de las instituciones, así como en favor de la soberanía, puesto que no hay transformación social completa sin derecho a decidir», subrayó Aranburu.

Respecto al modelo sindical, la representación de LAB explicó que la renovación se asienta en una mayor eficacia en favor de un trabajo y una vida dignas y del reparto de la riqueza; en un reconocimiento de todos los trabajos –«luchamos contra el sistema que organiza el trabajo en función del sexo, lo que convierte a las mujeres en trabajadoras de segunda»–; y en una oferta para todos los colectivos que se sitúan fuera del ámbito laboral oficial, como trabajadoras del hogar, falsos autónomos, becarios, migrantes...

Cambio social

Objetivos todos que se sintetizan en profundizar en el cambio social, hacer frente a la precariedad laboral y garantizar una vida digna a la ciudadanía.

En este contexto Aranburu situó el periodo electoral concentrado que se abre en octubre como una oportunidad para dar pasos en ese camino, para consolidar resultados y fortalecer el proyecto de LAB.

El sindicato ha pasado de contar con un 17% de representación a superar el 18% en Hego Euskal Herria, a solo dos puntos del segundo, de CCOO. La evolución ha sido notable en Nafarroa, donde crece en casi dos puntos porcentuales, del 14% a acercarse al 16%, mientras que en la CAV el listón del 18% se rebasó hace cuatro años, rozando en la actualidad el 19%.

«Se nos presenta una nueva oportunidad para mejorar estos resultados y para, centro por centro de trabajo, defender los derechos y las demandas de los trabajadores y promover la alternativa social y democrática», manifestó Aranburu