Antonio BROTO&punctSpace;(EFE)
PEKÍN

China apuesta por emplear sus futuros robots como tenderos y profesores

La Conferencia Mundial de Robots de Pekín abrió el miércoles las puertas de su edición anual con más de 500 máquinas inteligentes y una clara apuesta por incluir éstas en nuevos sectores productivos.

El evento de tres días –que incluye una exposición con los avances de 60 firmas chinas del sector y conferencias con expertos de Estados Unidos, Europa y Asia Oriental– está protagonizado este año por robots humanoides que, según sus desarrolladores, podrán ser en el futuro recepcionistas de hotel o de un banco, o vendedores.

«El coste de estos robots todavía es alto, de unos 100.000 dólares, pero cuando podamos bajarlo hasta 20.000 o 30.000 veremos pronto muchos más robots en los centros comerciales chinos», vaticina, en declaraciones a Efe, Hansen Shu, consejero delegado de Robosen.

Autómatas de esta firma, algunos con aspecto de protagonistas de la saga Transformers, bailan para los visitantes de la conferencia, entre ellos muchos niños. Según Shu, el reto ahora es introducir en estos productos inteligencia artificial, algo que «está comenzando y va lento, pero es el único camino».

La conferencia muestra también robots “médicos” como Cancan, aunque su funcionamiento es similar al de los tenderos o recepcionistas: disponen de una pantalla informativa en su cara o en su pecho, sensores para no chocar con viandantes, son capaces de escuchar al usuario y le dan información.

«Cancan escucha la enfermedad que tiene el paciente y le encamina al lugar del hospital donde puede ser atendido, o a la farmacia del centro médico, y le da consejos sobre cómo tratarse», explica uno de los responsables de la compañía Canze, que desarrolla el autómata, que puntualiza que aún no está preparado para sustituir a los médicos de carne y hueso.

En fase de perfeccionamiento

Muchos de estos robots se hallan en fase de perfeccionamiento y todavía no han sido comercializados. Sus creadores buscan en este evento a técnicos que ayuden a mejorar la pericia de los autómatas o a abaratar los costes de unas máquinas aún caras para el bolsillo medio.

Sin embargo, David Wang, de Beijing Lingyi Technoogy, asegura que su robot doméstico, dotado de prácticamente las mismas articulaciones que un humano y capaz de cocinar o limpiar, ya está muy solicitado entre la gente más rica de China.

Por ahora, su robot maravilla a los asistentes a las conferencias haciendo taichí y muchas otras máquinas muestran sus dotes artísticas tocando la guitarra o dibujando con la misma destreza que un pintor.

No todos los robots son humanoides: uno de los pabellones está íntegramente dedicado a los brazos-robot de uso frecuente desde hace décadas en la industria, en busca de mecanismos cada vez más precisos y fiables. También se muestran drones, un sector boyante en la economía china, con capacidad para transportar hasta una tonelada durante 200 kilómetros, y que se cuentan entre los mayores aparatos voladores no tripulados del mundo.

Según la Federación Internacional de Robótica, China es ya el principal mercado de robots industriales y concentra un 25% de las ventas mundiales, algo que ha impulsado el Gobierno del presidente Xi Jinping, obsesionado por dar una nueva imagen de país ultratecnologizado.

«Crecemos más rápido en robótica que EEUU o Europa porque nos encantan los cambios, tenemos una mentalidad innovadora», concluye Hansen Shu. A su alrededor, dos equipos de robots disputan un partido de fútbol y decenas de autómatas bailan sincronizados los últimos éxitos del pop oriental.