B.Z.
barcelona

La presencia del monarca marca y politiza hoy el acto central de homenaje

Fue el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el que, sin mediar invitación oficial ninguna, aseguró hace algunas semanas que Felipe de Borbón acudiría hoy a Barcelona, a los actos de homenaje organizados por el Ayuntamiento bajo el lema «Barcelona, ciutat de pau». Una situación incómoda para la alcaldesa, Ada Colau, que optó por no mojarse y plantear un acto abierto sin invitación al que pueda acudir todo el que quiera, incluido claro está el Borbón. Pero incómoda también para la Generalitat, cuyo president, Quim Torra, anunció al tomar posesión del cargo que no invitaría al monarca a ningún acto en Catalunya. La invitación no es suya, pero la situación le obligará a compartir espacio con el autor del agresivo discurso del 3 de octubre contra el independentismo catalán.

Partidos y entidades soberanistas barajaron entonces utilizar el acto para reflejar su oposición a la presencia de Felipe de Borbón, la cual se considera un insulto con Puigdemont en el exilio y Forn en la cárcel. Aunque está por ver el recibimiento que finalmente le dé la gente en la calle, los partidos independentistas –a excepción de la CUP, que no acudirá en señal de protesta– han optado por la flexibilidad y el respeto a las víctimas del atentado, no complicando una conmemoración que el propio Borbón se ha encargado de politizar con su presencia.

Así, el principal acto de homenaje se celebrará a las 10.30 de la mañana en la plaza Catalunya, donde no habrá discursos políticos ni institucionales. A él acudirá también el Govern en pleno, después de una simbólica reunión del Ejecutivo a primera hora de la mañana.

Múltiples convocatorias

La opción del independentismo para marcar perfil propio ha sido finalmente doble. Por un lado, coincidiendo con el acto de la plaza Catalunya –en el extremo superior de la Rambla–, los Comités de Defensa de la República (CDR) convocan una «marcha de homenaje a las víctimas del 17A» que saldrá a las 10.00 de la plaza Portal de la Pau, en el extremo inferior de la Rambla. Por la tarde, a las 18.00, y con la presencia también del Govern, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural han promovido una concentración frente a la cárcel de Lledoners, en la que se encuentra, entre otros, el que era conseller de Interior hace un año, Joaquim Forn. Será su forma de desmarcarse del monarca y recordar el papel de las instituciones catalanas el pasado 17 de agosto.

La eclosión de actos conmemorativos, que culminarán mañana en Cambrils, arrancó en realidad ayer mismo con sendos eventos en Alcanar –donde el 16 de agosto explotó la casa en la que el grupo de yihadistas prepabaraba explosivos para atacar mayores objetivos (se habla desde la Sagrada Familia al Camp Nou, sin que haya nada claro)– y en Ripoll –la localidad que vio crecer a la mayoría de jóvenes implicados en el ataque y que despertó atónita e incrédula hace un año, incapaz de dar crédito a lo ocurrido–.