El tradicional Consejo de Gobierno en el Palacio de Miramar abrirá hoy el curso político en la CAV, un ejercicio que estará marcado inevitablemente por los comicios programados para el próximo año pero que, antes de que el clima electoral lo agite todo, debe servir para avanzar en uno de los principales hitos de esta legislatura: la definición de un nuevo estatus. En los meses previos al descanso estival se produjo un avance sustancial de la mano del PNV y de EH Bildu, que desde sus respectivas culturas fueron capaces de llegar a un punto de encuentro, con el reconocimiento nacional y el derecho a decidir como ejes y las políticas sociales en primer plano. Un acuerdo que ahora debe concretarse en un texto que formalice una nueva relación con el Estado.

En este contexto, sin embargo, en las últimas semanas el Gobierno autonómico parece querer centrar el debate político en torno a las competencias pendientes de ser transferidas. Así se desprende de las declaraciones realizadas por su portavoz, Josu Erkoreka, y por dirigentes del PSE, socio del partido jeltzale en el Ejecutivo. La petición al presidente español para fijar un calendario que permita completar el actual Estatuto, que según algunas agencias expondrá hoy mismo el lehendakari, abona la idea de que ese es el campo de juego que han elegido en Sabin Etxea.

Frente a ello, Arnaldo Otegi devolvió el nuevo estatus a la actualidad e insistió en su carácter estratégico –«histórico»–, recordando de paso cuáles son los mínimos que la izquierda soberanista contempla para asumir el proyecto. El coordinador general de EH Bildu no desdeñó la posibilidad de abrir el acuerdo a otras fuerzas políticas, pero recordó que hay puntos inamovibles, aquellos que permiten hablar de un cambio cualitativo y no de una simple reforma estatutaria. Y es que, sin negar legitimidad ni interés a cualquier otro tipo de controversia, la prioridad hoy no pasa por parchear un marco ya superado sino por afianzar un acuerdo que tenga vocación de país y visión de futuro.