Arnaitz GORRITI
BANDERA DE LA CONCHA 2018

Quinto entorchado para cerrar una temporada casi perfecta de San Juan

No hay quinto malo para San Juan. «Batelerak» no solo hizo valer su renta de seis segundos sobre Náutica de Ribeira, sino que remató su temporada con una regata modélica, rompiendo la prueba desde el primer minuto y no dando opción a nadie. Gran regata también para Orio, que conquistó el segundo puesto –su hábitat natural de la campaña– al asalto, en detrimento de un Náutico de Ribeira que remó muy por debajo de su nivel, atrapado en una espiral de impotencia que la relegó a la tercera plaza, mientras que GU Arraun cerró la tanda de honor pugnando con las galaicas por el tercer puesto parcial.

En una localidad remera por excelencia como San Juan, y con la tripulación masculina penando por mantenerse en la Liga Eusko Label –el play off de ascenso espera el próximo fin de semana–, el recibimiento para «Batelerak» –a partir de las 19.00– tendría un sabor especial. «Estamos escribiendo la historia», exclamara un emocionado Aitor Ugarte, portavoz de las sanjuandarras en el puerto donostiarra. «Son cinco Ligas consecutivas y otras cinco banderas de La Concha. Parece fácil, pero ha sido muy complicado, y las remeras han estado fantásticas», confesaba Ugarte, al tiempo que la remera Ane Pescador, conteniendo a duras penas las lágrimas de la emoción, daba gracias a todo aquel que pasaba, fruto de un año complicado para ella por culpa de una lesión. «Amo a mis compañeras. Las tengo en mi corazón», dijo.

«No soy consciente aún de lo que hemos conseguido. Quizá dentro de unos años, cuando vea en los periódicos lo que hicimos, pueda serlo. Solo puedo dar las gracias, gracias porque he vivido un año complicado por culpa de una lesión y por la ayuda que he recibido. Parece que no, pero ha sido un año durísimo en el que hemos tenido muchos obstáculos que superar, y esto es lo máximo». Por cierto, que Ane Pescador tuvo un emotivo recuerdo por su entrenadora Maialen Arrazola. «Ayer fue mamá y les mando un beso enorme a ella, Iñigo y a Nora».

Más emoción que historia

La regata, en sí, no tuvo mayor historia porque San Juan impidió las sorpresas. «San Juan ha salido a matar, Orio igual y nosotras… nos hemos quedado un poquito atrás», se resignaba la delegada de Náutico de Ribeira Ramona Rodríguez.

«Nos pusieron el caramelito en la boca el jueves de la clasificación, parecido el primer domingo… Veníamos preparadas para todo, pero las niñas estaban muy nerviosas, jugábamos un poquito fuera de casa y nos pasó factura», reconocía, aunque, curiosamente, pocos lamentos hubo en el puerto donostiarra. El único «pero» lo ponía el risueño delegado de Orio, Iñaki Arostegi. «Nos ha tocado la calle uno y ahí nos ha perjudicado un poco, sobre todo al principio de la regata. Pero tenemos que estar orgullosos de nuestras chicas. Hemos acabado segundas en todas las regatas y, los datos están ahí, porque San Juan ha demostrado ser la mejor, y solo toca felicitarlas».

Por lo demás, hubo que rendirse a la evidencia. «Batelerak» repitió la estrategia habitual de ir a romper la regata desde la primera palada y a diferencia del domingo pasado, las sanjuandarras cumplieron su propósito. Y a diferencia del pasado domingo, la trainera coruñesa no pudo con el envite pasaitarra. De hecho, poco tardó la propia «Txiki» de Orio en remontar el segundo de diferencia respecto a la embarcación galaica. La «Rully», para desgracia de la emoción del resultado final, no tuvo respuesta.

La única dificultad objetiva para San Juan llegaba con la ciaboga y «Batelerak» pudo virar sin problema, para empezar un largo de regreso que fue una fiesta contenida. La regata, siguiendo los derroteros de la Liga Euskotren, dejaba a las rosas con el camino expedito, con la escasísima sombra de que la «Txiki» de Orio mantenía el tipo, mientras que Ribeira tenía mucho trabajo en sostener las acometidas de GU Arraun.

La suerte estaba echada. San Juan conquistaba su quinto entorchado de la Bandera de La Concha, firmando una temporada casi perfecta e histórica.