GARA
parís

Benalla niega haber sido guardaespaldas o jefe de seguridad de Macron

Las sombras del «caso Benalla» persisten después de que el asistente personal de Emmanuel Macron compareciera ante la comisión del Senado que trata de determinar su papel en el ecosistema del Elíseo.

«Nunca he sido guardaespaldas de Emmanuel Macron», declaró Alexandre Benalla, causante de la peor crisis política sufrida por el presidente francés desde su elección en 2017, a la comisión de investigación del Senado creada tras el estallido del escándalo en julio. Pero las dudas persisten y el «caso Benalla» amenaza con seguir minando la popularidad de Macron.

Benalla, hasta hace dos meses hombre de confianza de Macron, fue despedido después de que se le viera en un vídeo golpeando a manifestantes en las protestas del 1 de mayo, por lo que está procesado. Paralelamente, se plantearon interrogantes sobre su estatuto en El Elíseo, su rol ante el presidente y posibles beneficios obtenidos.

Los senadores vieron su labor muy limitada en el nombre de la separación de poderes, ya que el judicial les impidió interrogarle por su presencia en la manifestación del 1 de mayo, que se encuentra bajo secreto de sumario, y el Ejecutivo delimitó el ámbito del secreto de Estado.

Así, los senadores se limitaron a tratar de determinar las funciones de Benalla, que aparecía regularmente junto a Macron en sus desplazamientos. En concreto, si ejercía una función de protección personal de Macron –a quien comenzó a prestar servicios durante la campaña electoral–, porque esa tarea corresponde a unidades de élite de la Policía y Gendarmería.

Según su testimonio bajo juramento, nunca fue su guardaespaldas ni se ocupó de su seguridad; fue su asistente, el encar- gado de preparar sus desplazamientos en Francia y de la coordinación de los servicios de protección, policiales y de la Gendarmería, además de sus salidas privadas.

Se autocalificó de «director de orquesta» encargado de «poner en escena» las salidas de Macron, lo que justificaba su presencia pública junto a él, aunque señaló que los escoltas, tal y como dice la ley, eran policías o gendarmes. Benalla declaró que esa exposición pública le llevó a solicitar la tenencia de un arma para su seguridad personal.

La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, sostuvo que nadie «se engaña» sobre la «instrumentalización» política que la oposición pretende con el «caso Benalla».

Macron, en claro retroceso en los sondeos, inicia el año político en situación difícil, con un crecimiento económico más débil de lo previsto y acusaciones de arrogancia por algunas declaraciones sobre temas sociales.