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SALZBURGO

La UE y Londres se exigen mutuamente cambiar sus propuestas

A seis meses del Brexit, Bruselas y Londres parecen enrocarse. Al tiempo que en la cumbre informal de Salzburgo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pedía al Gobierno británico que «trabaje de nuevo» sus propuestas, la primera ministra británica, Theresa May, exigía a la Unión Europea que «evolucione» su posición.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió al Gobierno británico que reformule sus propuestas para desbloquear las negociaciones sobre el Brexit en su recta final. Al comienzo de la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, en Salzburgo, afirmó que era además una ocasión para acabar con el «resentimiento mutuo y el juego de reproches» sobre política migratoria, cuestión que también estaba sobre la mesa en la cena de trabajo.

Los dirigentes de los Veintisiete, sin la primera ministra británica, Theresa May, tiene previsto concretar hoy su propia posición, a seis meses del divorcio. «Hoy todavía hay esperanza, pero seguro que cada vez hay menos tiempo», advirtió Tusk, confirmando que propondrá una cumbre final para mediados de noviembre, además de la prevista para el 18 de octubre. «Cada día que queda lo debemos utilizar para hablar. Me gustaría todavía acabar este otoño, por eso propondré una cumbre adicional a mediados de noviembre», explicó.

El presidente del Consejo estimó que la posición británica ha tenido una «evolución positiva» en los ámbitos de la seguridad y la política exterior, pero añadió que las propuestas «sobre la cuestión irlandesa o el marco de cooperación económica futuro deberán ser trabajadas de nuevo y negociadas».

Por su parte, May pidió a la UE que «evolucione» en su posición negociadora. La primera ministra británica defiende en Salzburgo la propuesta de futura relación bilateral que consensuó con su Gobierno el pasado julio en la residencia oficial de Chequers y que provocó la dimisión de dos ministros partidarios de un Brexit duro, David Davis y Boris Johnson. El plan comprende la creación de un mercado común de bienes con equivalencia regulatoria entre Reino Unido y la UE, lo que, en opinión de Londres, permitiría mantener abierta la frontera con Irlanda, un tema clave en las negociaciones. En la cumbre de ayer, May insistió en que «si queremos conseguir una conclusión exitosa, entonces, igual que Reino Unido ha evolucionado su posición, la UE necesitará también evolucionar la suya», expresó a su llegada. La primera ministra británica defendió que el «Plan de Chequers» es «la propuesta correcta» porque «mantiene un comercio sin barreras» y porque «es el único plan creíble y negociable sobre la mesa que consigue evitar una frontera ‘dura’ en Irlanda del norte».

 

May confía en que Bruselas plantee otra solución para Irlanda

La primera ministra británica, Theresa May, celebró el hecho de que el negociador de la UE, Michel Barnier, «haya reconocido la necesidad de encontrar una nueva solución para la cuestión irlandesa» porque «la propuesta original de la Comisión Europea era inaceptable» para Londres. May advirtió de que «ninguna de las partes puede exigir de la otra algo totalmente inaceptable», como lo sería crear «fronteras exteriores aduaneras entre partes del Reino Unido», en alusión a la sugerencia de Bruselas de mantener al norte de Irlanda en alineación normativa con la República irlandesa. Los medios británicos también han interpretado positivamente las recientes afirmaciones de Barnier de que está dispuesto a «mejorar la propuesta», explicando cómo podría funcionar un eventual sistema aduanero. Barnier también señaló, no obstante, que aún no está claro si el acuerdo con Londres será posible, después de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, mostrara también sus dudas y animara a todos a actuar »de manera responsable» para «evitar una catástrofe». Ambas partes están de acuerdo en evitar una frontera física, pero Londres rechaza los términos de la «red de seguridad» reclamada por Bruselas, es decir, una eventual permanencia del norte del Irlanda en la unión aduanera, porque supondría una frontera entre el conjunto de Irlanda y Gran Bretaña.GARA