E n un jornada que fue de más a menos, el Ibex pudo recuperar el nivel de los 9.000 puntos gracias al apoyo de los bancos. Pero cerró sin noticias del Tribunal Supremo, donde se debatía sobre quién pagará el impuesto de las hipotecas y si tendrá efecto de retroactividad en caso de corresponderle a los bancos. Pese a esta incertidumbre, el sector financiero se movió al alza y, además, en muchos momentos con notables subidas. Buena parte de este optimismo se debía a la buena, que no excelente, nota obtenida por los bancos españoles en el test de resistencia publicados el viernes por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). No hay felicidad completa porque la banca española ocupa la segunda peor posición en el ranking de la ratio del capital, que mide la solvencia poniendo en relación el capital y el riesgo asumido.

El Ibex terminó ayer con 9.010,70 puntos, después de avanzar un 0,20%. En el resto de Europa, excepto en Londres (+0,14%), mandaron los números rojos. Fráncfort retrocedía un 0,21% y París, un 0,02%.

Dentro del Ibex, avances moderados para los bancos, a excepción de Santander (-0,63%). Destacaron Caixabank y BBVA, que se anotaron más de un 0,80%, y Bankia (+1,80%). El mejor fue Dia (+19,57%), mientras que los más castigados fueron Cie Automotive y Meliá, con caídas superiores al 2%. Fuera del Ibex, Euskaltel subía un 0,34%, después de presentar un beneficio de 46,4 millones de euros de enero a septiembre, un 41% más que en 2017. Desde su salida a bolsa en 2015 la acción pierde un 22,32%. La empresa, que tiene a Kutxabank como primer accionista, podría cambiar su rumbo muy pronto si el grupo británico Zegona consigue tomar el control con la opa parcial anunciada el 19 de octubre.