Joseba VIVANCO
Athletic

Todos juntos

Técnicos y jugadores llaman a la unidad para salir de esta deriva futbolística y clasificatoria, asumiendo errores y lagunas del equipo.

«La crítica, como la lluvia, debe ser lo suficientemente suave para alimentar el crecimiento de un hombre, sin destruir sus raíces» Frank A. Clark.

Unidad. Es el mantra que desde el mismo pitido final en Cornellá-El Prat está en boca de los jugadores rojiblancos. «El equipo mostró rebeldía para dar la vuelta a la situación», enarboló Eduardo Berizzo uno de los pocos argumentos a su favor. «Lo que cuenta es de vez en cuando ganar, no lo estamos haciendo pero vamos a seguir peleando. Es una situación delicada. Hemos vivido situaciones similares y todos juntos hemos salido adelante. Lo que hay que hacer seguir estando juntos con nuestra gente», defendió a la finalización del partido Óscar de Marcos. «Tenemos que trabajar mejor en todas las líneas, aportar más todos, cabeza alta y estar unidos, que está claro que de esta saldremos», se sumó al llamamiento Iñigo Martínez. Si alguien no cree que este equipo, estos futbolistas, sacarán esto adelante, ya puede ir bajándose del carro. Y no, no se trata de fe inquebratable, sino de que esta plantilla tiene mimbres y potencial suficiente, individual y colectivamente, para hacerlo.

Siendo realistas, el partido ante el Atlético casi que se puede dar por perdido, aunque suene duro decirlo. Ni los síntomas del equipo bilbaino ni sus recursos ahora mismo parecen ser capaces de darle un mordisco al Atlético de Simeone. Luego, paréntesis de selecciones y sí, partido en casa ante el Getafe para jugar una final en la que hará falta esa reclamada unidad. «Hay que ser realista, y ver que estamos abajo, tenemos que afrontarlo. Para nosotros los partidos serán finales. Necesitamos una victoria. Cuando juegas a fútbol también tienes que vivir estos momentos. No nos tienen que pesar las piernas», admitió un De Marcos que reiteró su apoyo a un técnico cuyo puesto no peligra. «Estamos convencidos con su idea y vamos a muerte él. Como buen argentino tira de ese orgullo y nos mete esa presión, y somos nosotros los que tenemos que tirar para adelante», añadió.

Sin alarmismos

La clasificación del equipo es mala, la inercia es peor, las soluciones no se atisban, pero estamos en noviembre, undécima jornada, la Liga en un pañuelo y nada hay decidido. Es cierto que el entrenador argentino está dejando más dudas que certezas y que nadie esperaba ni esta trayectoria negativa ni tantos tumbos en onces y propuestas. Pero si un activo tiene este Athletic es la fuerza del grupo, del vestuario y, por extensión, de una grada que se supone sabe estar a las maduras, pero sobre todo, lo ha demostrado, a las duras. Dicho lo cual, y aunque el futuro a corto plazo pinte negro y no se otee el horizonte, los alarmismos innecesarios están de sobra. Realismo sí, crítica también, harakiris no. O como de manera acertada defendía el mismo lunes el periodista Beñat Zarrabeitia, «el fútbol vive de la inmediatez, de los resultados y de la pasión-presión ambiental. Sin embargo, en tiempos en los que lo efímero se impone, los cimentos más sólidos mutan en líquidos y la falta de perspectiva aparece, un club como el Athletic tiene que ser fiel a si mismo (...) Lo peor que se puede hacer es caer en el alarmismo».

Sin alarmismos, pero sí asumiendo que «Houston, tenemos un problema». El Athletic, ahora mismo, no es un equipo fiable. No se sabe qué cara mostrará, ni rezuma solvencia suficiente como para jugar al ataque como lo hacía al inicio del curso, ni para apretar los dientes con partidos sin florituras como ante Valencia o Espanyol. No hay solidez atrás ni eficacia adelante, y no es cosa de unos sino de todos.

Berizzo lo sabe y los jugadores se percatan de ello. Baste oír la analítica crítica que hacía Iñigo Martínez tras la derrota, más incisiva que su propio técnico, más preocupado en no señalar y sí hacer grupo. «Este sistema es mano a mano y cuando no robas arriba te generan contras. Se ha visto, a la mínima ha llegado el gol de ellos en un saque de banda que nadie ha sabido presionar, centro y remata solo». E incidía en ello: «La primera parte fue mala, íbamos a la presión pero salían muy fácil, y en la segunda parte hemos intentado jugar, cosa que en la primera no hemos hecho. Cuando no eres capaz de meter gol lo importante suele ser que no te metan, y en eso no estamos finos. Con el sistema que jugamos queramos que no estamos expuestos a esto, pero también para los de delante, si no les llegan balones en condiciones es muy difícil».

Berizzo tiene un problemón. Dar con el equilibrio necesario y, sobre todo, ganar un partido. Los jugadores tienen otra tanta responsabilidad, porque ellos son los que cometen errores o no meten la bolita. A la grada le tocará remangarse en su cómodo San Mamés. Todos juntos.

Hoy puede conocerse la fecha electoral

Todo indica que el presidente rojiblanco Josu Urrutia dará a conocer en su comparecencia de este mediodía la fecha de las elecciones a Ibaigane. Otra cosa será que el de Lekeitio quiera desvelar cuál será su papel en esos comicios presidenciales. Una rueda de prensa en la que tendrá que lidiar con la complicada situación del equipo en la Liga o las preguntas sobre la continuidad de Berizzo. Conociendo al presidente, seguro que hace un llamamiento a la calma, mostrará su confianza en que el Athletic irá hacia arriba y no cabrán especulaciones con el técnico argentino, seguirá sí o sí más allá de que una deriva a peor del grupo obligue a otras medidas. Por lo que respecta al equipo, hoy entrenará en Lezama con las miras puestas en esa Wanda-Metropolitano para el que Berizzo no podrá contra ni con Dani García ni Yeray –que tiene para unas tres semanas–, ni seguramente Raúl García, con esguince de rodilla.J.V.