Joseba VIVANCO
Athletic

«Al Toto hay que dejarle trabajar»

El periodista Beñat Zarrabeitia ve la «botella medio llena, siempre», pero avisa, «será difícil sustituir a esta generación de jugadores».

«Hemos completado casi un tercio de Liga y el equipo ha ganado un partido, el primero, lo cual evidencia que el Athletic está en dificultades». El periodista y conductor del programa ‘Harrobiaz harrobi’ de Haimaka Telebista, Beñat Zarrabeitia, es una voz autorizada en eso que podríamos denominar ‘mentideros’ rojiblancos y si de una premisa parte al analizar la situación del equipo bilbaino es ésa, que está en «dificultades».

Tiempos de zozobra en el entorno de los leones, de dudas, de intereses, Zarrabeitia pisa la pelota y reparte juego para GARA con su propio análisis, certero, pero sin perder la perspectiva ni el optimismo. «Creo que los tres últimos partidos indican una clara mejoría, especialmente el del Wanda, y ahora hay que ratificarla ante el Getafe. La entrada de Balenziaga, Unai Núñez, Sanjo, Beñat o Susaeta le da un plus al equipo. Obviamente, es fútbol y durante el inicio de Campeonato se observan tendencias, se acumulan sensaciones y los que suman muchos puntos adelantan mucho camino, pero hay que mantener la calma y confiar en un equipo que es capaz de estar mucho más arriba», dice.

La botella medio llena o medio vacía. «Medio llena, siempre. El Athletic es contracultural, si hacemos un repaso al contexto futbolístíco, social y demográfico deberíamos ser una especie de pesimistas endémicos, pero no cabe otra que entender que ser del Athletic es un ejercicio de optimismo constante», defiende. «Es parte del antídoto de la cultura de la derrota, pensar que se puede salir a ganar y a competir en cualquier campo, sea cual sea el rival. No hay más», insiste en su tesis, sujeta, cómo no, a la necesidad imperiosa de ganar desde ya. Eso sí, «el Athletic va a salir de esta».

Equipo en constante trasición

Una fe que contrasta con un pesimismo entendible en parte de la afición. Derrotismo, alarmismo... «Vivimos en la época de la inmediatez, de la interconexión y la exposición mediática. Cada finde –prosigue– se pueden ver 5 ó 6 partidos de distintas ligas, categorías sin salir de casa, y se tuitea o se comenta por WhatsApp». Y es que cómo hemos cambiado. «Hace poco más de 20 años, se veían dos o tres partidos en el caso de los muy privilegiados, se seguían partidos por la radio y las crónicas periodísticas del día siguiente marcaban la tendencia. Ahora no, todo va tan rápido que no hay tiempo casi para el análisis, se exageran los triunfos con fotos en los vestuarios o vídeos de autoconsumo, se va a toda velocidad y es complicado mirar las cosas con perspectiva», analiza.

Una suerte de fast food donde muchos medios se benefician y avivan «polémicas absurdas, debates tipo kleenex, encuestas con caducidad inmediata o titulares que solo buscan que hagas click en su web. Es parte del modelo de comunicación actual, hay que saber convivir con ello, abrir el paraguas en determinadas ocasiones y obviarlo en otras». Dicho lo cual, advierte, «todo esto también es muy bilbaino, en ocasiones parece que nos vamos a comer el mundo y en otras que se acaba».

Un debate perpetuo en el que hay muchos que señalan con el dedo acusador al técnico Eduardo Berizzo. ¿Ha decepcionado? «Creo que hay que dejar trabajar a la gente. Antes y ahora, hemos tenido inicios similares en cuanto a puntuación e incluso peores, para después acabar jugando finales de Copa en 2009 y 2015. También ha habido inicios complicados como 1991, 2005 o 2006 y el equipo estuvo peleando por salvarse. Es lógico que haya cierto nerviosismo. A Berizzo se le trajo para ser valiente, arriesgar en cierto modo, quizá hemos visto una versión más conservadora en ese sentido, tanto a la hora de tener una plantilla tan larga como en algunas decisiones, pero igualmente se puede decir que viene madurando una buena relación con el grupo que ha ido a más», reflexiona. Sin olvidar, subraya, que «el Athletic es un club que vive una especie de transición constante, un vísteme despacio que tengo prisa y en el que hay que dar entrada a gente nueva y valorar lo que se ha hecho anteriormente. No es casualidad que futbolistas con 450, 400, 350, 300 o 250 partidos, incluidas finales y decenas de partidos europeos, sigan jugando. Son parte de la mejor generación de los últimos 30 años y la gente tiene que tener claro que cuentan con un nivel altísimo y que sustituirles no es ni va a ser nada fácil. No, no me ha decepcionado. Repito, hay que dejar trabajar a la gente, sabiendo que la paciencia no es infinita y que los resultados mandan», concluye.

Zarrabeitia alude a ese proceso casi continuo de renovación que existe en el Athletic por su propia filosofía y esa imperiosa necesidad de generar nuevas alternativas desde la base. ¿Estamos, en cualquier caso, en este periodo postValverde en una época de verdadera transición, de regeneración de la plantilla? A su juicio, «el Athletic está en constante transición, desde el alevín al primer equipo, la cadena no se puede parar nunca». Sí reconoce, no obstante, que «el equipo viene del mejor ciclo desde los títulos y finales de los años ochenta, el más regular en cuanto a competitividad y resultados. Es más, de no haberse cruzado con los mejores Barcelona, Atlético y Sevilla de la historia, igual estaríamos hablando de una época con letras de oro para varias generaciones»

Es relación a lo anterior, avisa, «creo que para el club no va a ser fácil volver a juntar una camada tan referencial en todos los sentidos, desde lo deportivo hasta lo cultural, como la formada por Iraola, Aduriz, Gurpegi e Iraizoz, no es sencillo renovar esos liderazgos, menos aún si por el camino pierdes a Laporte y a Kepa... Por eso creo que el valor de los Susaeta, De Marcos, San José, Beñat, Itu o Balenziaga es enorme, porque ellos forman la columna vertebral».

E insiste en el mensaje final: «Lo dicho, sustituirlos no va a ser fácil y, por ello, el club debe realizar un esfuerzo todavía más grande en la fidelización, impregnar identidad a los jugadores y convertir lo líquido en sólido. No existe mayor satisfacción que mantenerte en el recuerdo, con el cariño y el imaginario de tu propia comunidad, de tu gente», culmina.

Los cambios en el partido no le sientan bien al equipo

Que Eduardo Berizzo es uno de esos entrenadores a los que les gusta hacer tarde los cambios lo saben hasta en Vigo. Que esos cambios influyan de manera positiva en el marcador final, ahí sí que el argentino no las tiene todas consigo. Los datos de la cuenta de Twitter @DatAtle son demoledores: antes de la primera sustitución –excluida la de Iñigo Martínez por lesión en el Camp Nou– decretada por el técnico, la comparativa de goles era favorable a los rojiblancos, 11-9; tras ella, de 2-10. Esta diferencia se ha traducido en la pérdida de 8 puntos para el Athletic a partir de ese primer cambio. Desde luego que al equipo le está costando acabar los partidos.J.V.