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Arabia Saudí y Emiratos detienen la ofensiva contra los huthíes en Hodeida

Presionadas por sus aliados occidentales, las fuerzas lealistas apoyadas por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos detuvieron finalmente su ofensiva en la estratégica ciudad yemení de Hodeida.

Las fuerzas que apoyan al Gobierno respaldado por Arabia Saudí y las potencias occidentales en Yemen detuvieron ayer las operaciones contra las fuerzas huthíes en la ciudad portuaria de Hodeida, en el oeste del país. Tres comandantes huthíes confirmaron que habían recibido instrucciones de cesar el fuego y de detener cualquier avance hasta nueva orden.

Sin embargo, «responderemos a cualquier movimiento del enemigo», añadieron.

Por su parte, el portavoz del movimiento rebelde, Mohamed Abdelsalam, indicó que Omán, Qatar y Gran Bretaña contribuyeron a este alto el fuego , después de que las tropas gubernamentales relanzaran su ofensiva sobre esta estratégica ciudad portuaria hace dos semanas.

El ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, acudió esta semana a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, los dos principales integrantes de la coalición militar que interviene en Yemen en apoyo del Ejército oficial, también respaldado por EEUU y Gran Bretaña.

Desde el martes, se habían reducido los combates en Hodeida, cuyo puerto es vital para la llegada de ayuda humanitaria en un país donde casi toda su población depende de ella y la mitad vive al límite del hambre.

Previamente el Gobierno de Emiratos Árabes Unidos mostró su apoyo a la convocatoria «lo antes posible» en Suecia de conversaciones de paz interyemeníes.

Las presiones internacionales han forzado a Emiratos y a Arabia Saudí –cuestionada además por sus aliados por el caso de la muerte del periodista Jamal Khashoggi– a aceptar este alto el fuego.

«Hoy hay calma. Aparentemente no ha habido enfrentamientos durante la noche y esta mañana, pero todavía se escucha el ruido de los aviones», relataba una corresponsal de la agencia AFP.

Aun así, los habitantes temen el asedio mientras los combatientes mantienen sus posiciones.

Doce días de bombardeos y combates en Hodeida han dejado cerca de 600 muertos, principalmente combatientes. Los rebeldes habían frenado el intento de avance lealista hacia el puerto y minaron sus alrededores, según confirmaron ayer empleados de estas instalaciones que funcionaban ayer con normalidad.

La ONU advirtió de que un ataque al puerto resultaría catastrófico.

David Beasley, director del Programa Mundial de Alimentos (PAM) visitó Hodeida y se mostró alarmado: «Es una situación desesperada», alertó, y calculó entre «12 y 14 millones de personas al borde del hambre».