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May intenta sortear la presión de los euroescépticos para cambiar el pacto

La facción más euroescéptica del Gobierno británico presiona a la primera ministra, Theresa May, para que trate de modificar el principio de acuerdo sobre el Brexit al que ha llegado con Bruselas, según medios británicos. Tras lograr una tregua en los ataques contra su liderazgo, May inició hoy una campaña para tratar de ganar el apoyo de los británicos a su acuerdo subrayando que el pacto permite restringir la llegada de inmigrantes europeos.

Cinco de los ministros de Theresa May, entre ellos el de Medio Ambiente, Michael Gove, uno de los líderes de la campaña por el Brexit antes del referéndum de 2016, urgen a la primera ministra a que vuelva a la mesa de negociaciones con la Unión Europea (UE), una opción que la jefa del Gobierno ha descartado por activa y por pasiva.

El primero de los objetivos de los críticos de May es que renegocie el mecanismo de seguridad pactado para que no se levante una frontera en el norte de Irlanda. El grupo de ministros euroescépticos quiere que Reino Unido pueda romper unilateralmente esa cláusula en caso de que una vez termine el periodo de transición del Brexit, en diciembre de 2020, Londres y Bruselas aún no hayan llegado a un acuerdo comercial que permita una aduana fluida entre las dos Irlandas.

Amenazan con votar en contra del pacto cuando se presente en el Parlamento si en la cumbre convocada en Bruselas el día 25 para ratificar el borrador no se modifica el texto que define los arreglos para el norte de Irlanda, según “The Times”.

A pesar de que el sector crítico del Gobierno mostró su respaldo a May, se mantiene la amenaza de que suficientes diputados del Partido Conservador (15%) inicien una moción de confianza contra su liderazgo.

La primera ministra recalcó en una entrevista con “Daily Mail” que su objetivo es «finalizar» el acuerdo de salida alcanzado y «ejecutar un Brexit que funcione para todo Reino Unido». «La gente dice: ‘Si pudiera usted hacer las cosas de forma algo distinta y apostara por un modelo como el de Noruega o el de Canadá, este problema de la cláusula de seguridad desaparecería’. Pero no desaparecería. El problema va a seguir estando ahí», dijo la jefa de Gobierno. «Este no es el pacto ideal para todo el mundo, eso nunca lo vamos a conseguir», admitió May, que insistió en que es el mejor que podía ser negociado.

«No mandaremos más enormes sumas de dinero a la Unión Europea, acabaremos con la jurisdicción del Tribunal de Justicia Europeo, saldremos de la política agraria común, de la política comunitaria de pesca, de la unión aduanera y del mercado único», dijo la jefa de Gobierno.

May, que fue ministra de Interior entre 2010 y 2016, resaltó que el acuerdo pondrá fin a la libre circulación de personas entre la UE y Reino Unido.

«Durante seis años, como ministra de Interior, hice todo lo que pude para reducir la inmigración, pero tenía una mano atada a la espalda, porque no podía hacer nada sobre la gente que viene de la Unión Europea. Ahora podemos. La libertad de movimiento acaba», afirmó.

El Partido Laborista apuesta por renegociar el acuerdo

El número dos del Partido Laborista británico, John McDonnell, apostó ayer por renegociar el acuerdo de salida de Reino Unido de la UE para lograr un pacto que «proteja los puestos de trabajo y la economía». McDonnell, portavoz económico del primer partido de la oposición británica, afirmó en Sky News que el laborismo quiere llegar al Gobierno para negociar una «unión aduanera permanente» con la UE que otorgue a la vez una capacidad «significativa» para firmar acuerdos con terceros.

Defendió que un Ejecutivo laborista trataría de forjar una «relación cercana» con el mercado único que protegiera «los derechos de los trabajadores, medioambientales y de los consumidores». Consideró que si se convocaran comicios generales a corto plazo, su partido podría renegociar el acuerdo antes de la fecha prevista para el Brexit, el 29 de marzo de 2019.

En caso de que el texto no se apruebe y no haya elecciones, la opción de defender una segunda consulta se mantiene «sobre la mesa», dijo.

El titular de Exteriores irlandés, Simon Coveney, advirtió a los ministros británicos que quieren pedir una renegociación –como Liam Fox o Michael Gove– de que «no viven en el mundo real» y les instó a concentrar sus esfuerzos en influir en las cuestiones aún por definir de la relación futura entre Londres y Bruselas, sobre todo el ámbito comercial.GARA