Beñat ZALDUA
Donostia

El TS pide el traslado de los presos catalanes para empezar el juicio este mes

El presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, pidió ayer a Interior que tome las medidas necesarias para garantizar la presencia de los presos políticos catalanes en Madrid en la última semana del mes de enero, de lo que se desprende que el juicio contra el independentismo catalán arrancará en apenas dos semanas.

El juicio al independentismo catalán sigue sin fecha oficial, pero todo indica que arrancará a finales de mes. Así se desprende de la carta enviada ayer por el presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la que le pide que los presos políticos catalanes recluidos en prisiones del Principat estén en Madrid en la última semana de este mes.

Concretamente, reclama a Interior que «adopte las decisiones que resulten indispensables para garantizar la presencia de los procesados presos a disposición de esta Sala en la última semana del corriente mes de enero», de lo que cabe entender que el TS confía en arrancar el juicio este mismo mes, después de que, la semana que viene, se agote el plazo de las defensas para presentar sus escritos.

El propio presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, insistió el pasado martes en que confiaba en que el juicio podría empezar a finales de enero o principios de febrero. De hecho, Lesmes añadió que las sesiones se concentrarían entre martes y jueves, con sesiones de mañana y tarde. También añadió que el tribunal no vetaría, en principio, ninguna petición de testimonios, por lo que es probable que hasta el expresidente Mariano Rajoy acabe siendo citado a comparecer como testigo.

Presupuestos en el aire

La noticia coincide con los esfuerzos de Pedro Sánchez para ganarse el favor de los partidos catalanes para aprobar su proyecto de Presupuestos Generales del Estado, que el Consejo de Ministros aprobará hoy y que el Congreso empezará a tramitar a partir del lunes. El independentismo, sin cuyos votos el proyecto no superará ni la primera prueba, se debate entre permitir dicha tramitación a la espera de un ‘gesto’ de Sánchez o tumbar las cuentas de buenas a primeras. Sánchez lo sabe y mañana acudirá a Barcelona para intentar lograr ese apoyo. El mensaje es sencillo: o PSOE o tripartito de derechas a la andaluza. Carles Puigdemont y Quim Torra ya han manifestado su oposición absoluta a tramitar las cuentas, pero en ERC siguen sin decidirlo, mientras que en el grupo del PDeCAT en Madrid las tensiones son manifiestas.

En cualquier caso, las necesidades del PSOE van más allá de los presupuestos. Con el granero de votos andaluz en llamas, el partido sabe que difícilmente puede aspirar a gobernar el Estado en el futuro sin recuperar parte del también arruinado granero catalán. Es por eso que, como primer caramelo, Sánchez ha ofrecido equiparar el gasto público en Catalunya a la aportación del Principat a las arcas del Estado. La concesión, sin embargo, no supondría más que cumplir –por primera vez– con lo que marca el Estatut.