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WASHINGTON

Trump y Pelosi se enzarzan en una pelea de gallos por el «shutdown»

El «shutdown» o parálisis parcial de la Administración federal estadounidense ha virado a un ajuste de cuentas entre el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, y la líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. Los golpes son cada vez más bajos, hasta el punto de perturbar el calendario presidencial y un viaje que era secreto.

El mandatario estadounidense y la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes llevan enzarzados desde hace tres semanas en un pulso en torno al impasse presupuestario que afecta a 800 empleados federales (shutdown).

«Por respeto» a sus empleados, Donald Trump ha decidido cancelar el viaje de la delegación estadounidense al Foro económico mundial de Davos, anunció la Casa Blanca a última hora del jueves, una semana después de que el presidente anulara su propia participación.

Horas más tarde, el mandatario dejaba estupefacto al Congreso al anunciar que cancelaba el viaje que Nancy Pelosi, tercera personalidad política del país, tenía previsto realizar a Afganistán en un avión militar. En un correo cargado de ironía, Trump señalaba que sería preferible que la Speaker permanezca trabajando en Washington, mientras no se atisba salida alguna tras 27 días de parálisis administrativa federal.

Esta venganza de Trump se produce justo un día después de que Pelosi le aconsejara en otra misiva que enviara por escrito al Congreso su discurso sobre el Estado de la Unión, alegando que el cierre gubernamental no permite costear las medidas de seguridad necesarias para que lo pronuncie desde el Capitolio.

La tradición dice que es la líder de la Cámara de Representantes la que invita al presidente a que dé ese discurso anual ante el conjunto del Congreso, incluido el Senado.

Viaje secreto

El viaje a Afganistán de una delegación de congresistas liderados por Pelosi no había trascendido a la prensa por motivos de seguridad y Trump lo canceló cuando estaban a bordo de un autobús militar a las afueras del Capitolio. «Por supuesto, si quiere viajar en un avión comercial es libre de hacerlo», se cebó en la ironía el presidente. El poder ejecutivo permite tradicionalmente a los dirigentes del Congreso utilizar aviones militares para sus viajes.

Furioso, el demócrata Adam Schiff, jefe de la poderosa Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, denunció el comportamiento «digno de un escolar enfadado» del que hace gala «demasiado a menudo» el presidente de EEUU.

El senador republicano Lindsey Graham, por su parte, endosó la responsabilidad a ambos dirigentes políticos al criticar que «una respuesta pueril no merece otra respuesta del mismo calibre».

El presidente ordenó a Cohen «mentir» sobre el Russiagate

Donald Trump ordenó al que entonces era su abogado personal, Michael Cohen, que mintiera ante el Congreso sobre las negociaciones que realizó para tratar de sacar adelante la construcción de una nueva Torre Trump en Moscú, según han contado al diario digital Buzzfeed dos responsables federales implicados en la investigación.

En noviembre, Cohen se declaró culpable por haber mentido en su comparecencia ante el Congreso estadounidense y en la declaración escrita de dos páginas que remitió a las Comisiones de Inteligencia del Senado y la Cámara de Representantes.

Los dos responsables federales aseguran que Cohen reconoció al fiscal especial Robert Mueller que, tras las elecciones, el presidente estadounidense le ordenó personalmente que mintiera ante el Congreso asegurando que las negociaciones terminaron en enero de 2016, mucho antes de lo que realmente lo hicieron, para minimizar así las implicaciones para Trump y su victoria electoral en noviembre de aquel año.GARA