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May afronta más retos a su Brexit con enmiendas y planes para otra consulta

Theresa May afronta nuevos desafíos a su plan para la salida de la UE con múltiples enmiendas planteadas ayer por los diputados, entre ellas una del Partido Laborista que abre la puerta a un segundo referéndum, y que serán votadas el próximo 29 de enero.

Un día después de exponer en la Cámara de los Comunes su plan B para la salida de la UE –que insiste en defender el tratado inicial con el compromiso añadido de trabajar con la Cámara para mejorar la criticada cláusula para evitar una frontera física en la isla de Irlanda– la primera ministra británica, Theresa May, se reunió con sus ministros entre rumores de que varios estarían dispuestos a dimitir si no descarta un Brexit no negociado y con la presión que suponen las múltiples enmiendas planteadas desde ayer y que serán votadas el 29 de enero.

Las enmiendas, que de ser aprobadas no serían vinculantes, van en general encaminadas a impedir una salida sin acuerdo de la UE o a promover un segundo referéndum, al que abre la puerta la del Partido Laborista, algo que May rechaza.

El líder laborista, Jeremy Corbyn, dijo que su enmienda a una moción gubernamental «neutra» permitirá «votar sobre opciones que pongan fin al bloqueo del Brexit y eviten el caos de una salida sin acuerdo».

La enmienda laborista insta al Gobierno a garantizar tiempo para debatir y votar todas las opciones que impidan que Reino Unido salga de la UE sin acuerdo, entre las que incluyen su propuesta de pacto, que contempla una unión aduanera con la UE y vínculos más estrechos con el mercado único.

Como segunda opción propone «legislar para convocar una consulta popular sobre un acuerdo o proposición apoyada por la mayoría de la Cámara de los Comunes», lo que facilitaría un segundo plebiscito.

Esta es la primera vez que el liderazgo laborista pone sobre la mesa la opción de un segundo plebiscito sobre el Brexit, aunque los partidarios de ese nuevo referéndum han criticado que es demasiado vaga.

Frontera en Irlanda

La Comisión Europea estimó que el plan de May para el Brexit tras el rechazo del Parlamento al acuerdo de salida no tiene «nada nuevo» respecto al anterior e insistió en que Londres debe aclarar qué quiere hacer.

Su portavoz jefe, Margaritis Schinas, señaló además que un Brexit sin acuerdo significará la imposición de una frontera dura en la isla de Irlanda, algo a lo que se opone el Gobierno de Dublín, que teme que socave el proceso de paz con el norte de Irlanda.

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, afirmó que, si Reino Unido abandona la UE sin acuerdo, Londres y Dublín deberán negociar un pacto para evitar el restablecimiento de una barrera física.