Alberto PRADILLA
San SALVADOR

Nayib Bukele acaba con el bipartidismo en El Salvador

Nayib Bukele se ha convertido en presidente electo de El Salvador tras llevarse el 53% de los votos y evitar la segunda vuelta. El antiguo alcalde de la capital, expulsado del FMLN en 2017, ha arrasado en las presidenciales y ha dado un severo golpe al bipartidismo que ha caracterizado al país desde 1992. Su ascenso se produce a costa de sus excompañeros, que se dejan más de un millón de votos en cinco años. La derecha de Arena, aunque retrocede, logra mantenerse.

El triunfo de Nayib Bukele, candidato de GANA (Gran Alianza por la unidad Nacional) ha provocado un terremoto en El Salvador. El excalcade de la capital, antiguo integrante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), se impuso holgadamente el domingo con más del 53% de los votos, evitando la segunda vuelta y rompiendo el bipartidismo que caracterizaba la política salvadoreña desde la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992.

La crisis del modelo político se traslada al FMLN, que es quien recibe el mayor correctivo. Ha pasado de ganar la Presidencia a quedar como tercer partido y se deja más de un millón de votos: hace cinco años, en segunda vuelta, logró 1.495.815 sufragios. Ahora, con el excanciller Hugo Martínez como cabeza de lista, apenas logró superar los 400.000 y el 15% de los sufragios. En medio, el derechista Arena, liderado por el empresario Carlos Calleja, que no alcanzó los 800.000 votos pero mantuvo un 30% de los apoyos. Es decir, que todavía duplica a sus históricos rivales.

«El Salvador ha pasado la página de la posguerra». Con este anuncio, Bukele se presentaba eufórico ante decenas de seguidores concentrados en el hotel Sheraton, en la zona rosa de San Salvador. Minutos después llegaba su baño de masas. Con la plaza Gerardo Barrios a reventar, el publicista de 37 años aparecía con un mensaje conciliador hacia quienes votaron por otras opciones, pero implacable con los dirigentes de Arena y FMLN. A los primeros les ofreció colaboración y sumarse al proyecto. A los segundos, ni agua.

Parte del éxito de la estrategia de Bukele ha sido presentarse como un outsider ajeno a las dos tradiciones políticas que han dominado El Salvador desde hace tres décadas. No importó que entre 2015 y 2018 ejerciese como alcalde de San Salvador elegido en una lista del FMLN. Su expulsión en octubre de 2017 le permitió presentarse como un enfant terrible, alguien no dispuesto a someterse a los dictados de la cúpula de su partido.

Bukele ha capitalizado el descontento con un modelo político que no ha logrado resolver los dos grandes problemas de la sociedad salvadoreña: la violencia y la falta de oportunidades. En 2018, el país cerró con una tasa de homicidios de 50 por cada 100.000 habitantes y nueve muertos cada día. Además, más del 30% de la población vive en situación de pobreza; por eso, diariamente, muchos salvadoreños huyen hacia EEUU.

Habrá que ver la respuesta de un candidato más preocupado por mostrar lo que no es que por presentar un proyecto.

El exalcalde al que presentan como antisistema

Nayib Bukele ha sido presentado como «outsider», incluso le han llamado antisistema. Pero hablamos de un tipo procedente de una familia poderosa, aunque no parte de la oligarquía tradicional, que ha manejado empresas desde los 18 años en un país en el que tres de cada diez habitantes son pobres. En la Alcaldía de San Salvador, adonde llegó de la mano del FMLN, se ganó su fama de buen gestor, especialmente por las obras en el centro. Ya entonces apuntaba la ambición de encabezar la lista a las presidenciales, algo que no era bien visto por la estructura de la formación de izquierdas. Al final, después de varias disputas, fue expulsado del FMLN, lo que le permitió presentarse como un tipo ajeno a los corsés que imponen las estructuras. Ha logrado imponerse en unas elecciones en las que lo de menos han sido las propuestas, y que se han centrado en disputas a través de Internet y chascarrillos varios, un terreno que Bukele dominaba mejor que sus rivales. Y eso que se presentaba con GANA, una escisión del derechista Arena.A.P.