Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

El Eibar naufraga tras hora y media de excelencia

El Eibar regresa con un punto tras haber llegado al minuto 88 con dos goles de ventaja y en superioridadnumérica. Los azulgranas fueron superiores hasta entonces pero se hundieron tras encajar el primer gol.

SEVILLA 2

EIBAR 2

 

¿Quién no lo habría firmado antes de viajar a Sevilla? El Eibar prolonga su buena racha, aumenta su distancia respecto al descenso, marca por primera vez en un campo gafe como el Pizjuán... Difícil fantasear con una tarde mejor. Pero precisamente porque no hizo falta imaginarla, porque existió, no hay azulgrana que no esté condenado a un lunes de los penosos tras pasarse la noche lamentando la oportunidad perdida.

La misma con la que se relamió durante 88 minutos. Todo ese tiempo estuvo el partido en manos de un Eibar que rozó la perfección. Que la alcanzó, incluso. Porque por delicada que fuera la situación del Sevilla en lo anímico –llegaba de encadenar su peor racha de resultados de la temporada, incluyendo la eliminación en Copa– y, sobre todo, en lo físico –el de ayer era su 42º partido oficial de un curso en el que, además, no ha tenido suerte con las lesiones–, el repaso que le pegaron los armeros se debió más al mérito propio que al desacierto rival. El 0-2 que colocaba Charles recién cumplida la hora de partido resumía fielmente lo que estaba pasando sobre el césped.

Pero si el Titanic, aquel ingenio perfecto, «diseñado para ser insumergible» según la publicidad de la época, se fue al fondo del Atlántico en tres horas, por qué no iba a hacerlo una maquinaria más modesta. Al iceberg del Pizjuán le dio forma el VAR. Los dos minutos que detuvo el partido Iglesias Villanueva para comprobar si había acertado –y sí, lo había hecho– anulando un gol de Kike García le sentaron fatal al Eibar. Quedaban tres minutos para el noventa y el Sevilla estaba con uno menos por la expulsión de Banega pero dio igual. Le sobró tiempo para hundir al buque rival.

Aunque eso sería quedarse en el titular fácil. Sobre todo teniendo en cuenta que la historia se repite, aunque sea con ligeras variaciones, y apenas dos semanas después. Porque también en su anterior salida, a Butarque, vio el Eibar cómo el rival le levantaba los dos goles de ventaja con los que había llegado al descanso para acabar pidiendo la hora. El Leganés reaccionó entonces nada más volver de vestuarios; ayer los azulgranas acabaron agradeciendo que la reacción del Sevilla llegara tan tarde porque, con el descuento a punto de agotarse, parecía que los tres puntos se quedaban allí.

Un batacazo mayúsculo, por mucho que se pueda agradecer ese punto a final de una temporada en la que a nadie le sobrará nada. Pero la cosa se había puesto tan bien...

El Sevilla dio un susto nada más empezar –un centro de Ben Yedder que Sarabia remató rozando el palo– pero ya casi no volvió a salir de su parcela en todo un primer tiempo dominado por su rival. Con sus armas habituales, el Eibar encerró a los andaluces y les fue generando más inquietud conforme avanzaron los minutos.

A los veinte minutos, Orellana, que tras una temporada mucho más gris que la anterior parece estar reencontrándose, se coló en el área, recortó a Kjaer, sorteó a Carriço y batió a Vaclik. Era el primer gol del Eibar en el Sánchez Pizjuán desde que está en Primera y a los armeros les sentó de maravilla. Supieron aguantar las contadas ocasiones en las que el rival se acercó al área y, sin descartar la posibilidad, no tuvieron prisa para buscar la sentencia.

Llegó igualmente. El Sevilla pareció regresar más entonado de vestuarios pero el equipo de Mendilibar no le dejó ir más allá. Orellana pecó de egoísta en un par de buenas ocasiones antes de que Charles despejara dudas con el segundo. Fue en una bonita jugada de estrategia, un córner que botó Jordán, Arbilla cabeceó en el segundo palo para recentrar al área y que el pitxitxi azulgrana convirtiera en el 0-2 con un buen testarazo

Para entonces Pablo Machín ya había movido banquillo pero no se notaba sobre el césped. Mejor aún, Ever Banega vio la segunda amarilla a seis del final por una fea entrada con la que casi lesiona a Rubén Peña y su compañero Bryan Gil.

La victoria, la segunda de los azulgranas lejos de Ipurua esta temporada, parecía inamovible. También cuando el árbitro anuló el gol de Kike, que acababa de sustituir a Charles. Lamentablemente fue el principio del fin. Y eso que sólo faltaban dos minutos para el noventa. Ben Yedder acortó distancias rematando un balón de Sarabia, su equipo se vino arriba, el rival abajo y con la grada del Pizjuán rugiendo como si no hubiera un mañanael propio Sarabia marcó en el 92. Y ahí se acabó el partido. Por fortuna.

 

Mendilibar: «Se nos queda cara de tontos»

Nadie pudo explicarse qué le había pasado al Eibar para dejar escapar dos puntos, por mucha calidad que tengan los atacantes del Sevilla, en los minutos finales. Lo que sí sabía José Luis Mendilibar es que «se nos ha quedado cara de tontos».

«Creo que esos dos minutos del VAR han sido importantes. Pero sin entrar en si ha sido gol o no, lo que tenemos que hacer es mantener la concentración –censuró–. Después ha llegado el 1-2, el público se ha calentado y han estado incluso cerca de ganarnos». Una pena porque el Eibar había «hecho un gran partido. Pero a buenos equipos y con buenos jugadores a veces no les hace falta jugar bien para sacar puntos». «A lo mejor mañana pensamos que el punto es bueno, pero creo que no porque hemos hecho méritos para ganar», añadió Mendilibar, que insistió en que fue «una pena» lo sucedido.GARA