El Ibex encadenó ayer su tercer fracaso consecutivo en la conquista de los 9.000 puntos. Ahora bien, como en las jornadas anteriores, tampoco se desinfló de forma alarmante, aunque los reiterados tropiezos frente a ese nivel abren la puerta a una corrección posterior. El Ibex finalizó con un recorte del 0,33%, hasta los 8.952,50 puntos. En la sesión de ayer también le acompañaron en la caída el resto de índices europeos. Fráncfort recortó un 0,69%; París, un 0,23%; y Milán, un 0,78%, mientras que Londres se desmarcaba al apuntarse un 0,09%. Wall Street, en su vuelta a las negociaciones, se movía con pérdidas, afectado por el mal dato de ventas minoristas de diciembre, cuando bajaban un 1,2%, frente a la subida del 0,1% prevista por los expertos.

Los inversores están preocupados porque la desaceleración sigue presente en los datos de la agenda macroeconómica de Europa. Ayer se supo que Alemania no entró en recesión técnica en el cuarto trimestre de 2018 por muy poco. En ese periodo no creció nada, tras caer un 0,2% en el tercer trimestre. Además, en el conjunto del año aumentó el PIB en un 1,4%, su ritmo de expansión más bajo en cinco años. Pero si la locomotora europea va frenando paulatinamente, el conjunto de la eurozona no lleva mejor camino. Su PIB crecía un 1,8% en 2018, el peor dato desde 2014.

En el Ibex, los pesos pesados y los bancos fueron los principales lastres. De los primeros, todos con pérdidas, los peores eran BBVA (-1,43%), Santander (con -0,69%) y Telefónica (con un -0,69%). Entre las entidades financieras, Bankia cedía un 1,63%, Caixabank, un 1,02%, y Bankinter, un 0,72%. Solo Sabadell (+1,14%) pudo esquivar ayer las caídas. ArcelorMittal (+2,21%) y Siemens Gamesa (+2,15%) se apuntaron las mayores subidas.