Nerea GOTI

OROZKO, EN BUSCA DE MEDIDAS PARA FRENAR LOS ATAQUES A REBAñOS

Los daños en rebaños provocados por perros se repiten en Orozko. Los afectados reclaman control y concienciación para frenar una práctica demasiado frecuente, soltar al perro para que corra libre, y a veces descontrolado, con lo que acarrea para el ganado.

Afinales del mes pasado un ataque de perros provocó la muerte de seis ovejas y dejó otras ocho heridas en Orozko. Ocurrió en la zona de Olaguenaga. No es un suceso aislado. Según han explicado las fuentes consultadas por GARA en el municipio vizcaino, este tipo de ataques se repiten cada cierto tiempo. De hecho, en un comunicado de condena por el ataque, el Ayuntamiento señala que «este tipo de sucesos no son pocos».

Josu San Pedro, primer edil de Orozko, precisó a este diario que los citados incidentes no son producidos por perros asilvestrados sino por animales acompañados de sus dueños, que se descontrolan y causan daños. Por ello, el Ayuntamiento ha reclamado a la Diputación que a través del servicio de guardería «ponga freno a la situación de descontrol de los perros en los montes».

Orozko, con un atractivo casco urbano rodeado de núcleos rurales y espacios naturales, entre ellos el propio Parque Natural de Gorbeia, tiene una extensión de más de cien kilómetros cuadrados y es un destino muy frecuentado por multitud de aficionados a la montaña y usuarios en general de zonas de esparcimiento al aire libre. En ese contexto, en demasiadas ocasiones propietarios de perros aprovechan estas salidas para que puedan andar sueltos. El problema es que aunque no haya un ataque físico directo contra las ovejas, un perro que se acerque demasiado a un rebaño por simple curiosidad o para jugar puede convertirse en un gesto suficiente para provocar estragos. «Continuamente estamos viendo perros que están descontrolados, que se alejan de sus dueños, animales que en el momento que les sueltan arrancan a correr sin control y ahí está el peligro de que produzcan daños», señala el alcalde de la localidad.

«El monte es para el ocio, no decimos que los perros no vayan al monte, pero tienen que ir atados o por lo menos controlados, un perro que se nos escapa a 200 metros no es un perro controlado y ese comportamiento puede provocar pérdidas a las personas que viven de los rebaños», indicó San Pedro.

El primer edil detalló que la cuestión de los perros incontrolados no es la única que está permanentemente sobre la mesa con Diputación y la asociación de ganaderos. Uno de esos temas tiene que ver, por ejemplo, con el uso de vehículos a motor como los quads, porque hay gente que «se divierte» con sus vehículos provocando daños en los pastizales, según apuntó.

En una «alerta continua»

Del lado de los principales afectados, los pastores, las fuentes consultadas por GARA señalan que en los últimos años ha crecido de forma considerable el número de personas que pasean por el monte con el perro suelto, pese a que los carteles de acceso al parque natural, por ejemplo, advierten de que los animales deben ir atados. «Queremos dejar claro que no estamos en contra de los perros, nosotros también tenemos perro, es cuestión de entender que tenemos que convivir en un espacio público que todos tenemos derecho a utilizar sin provocar daños a otros», comenta uno de los afectados.

Cuentan que en un momento difícil para su actividad, esta situación les obliga a estar en una situación de «alerta continua». Los daños pueden ser diversos, un perro que se acerca puede producir una espantada del rebaño, ovejas que se despeñan, animales con heridas por mordida, ataques que no llegan a matar a las ovejas pero les dejan heridas en patas, orejas.., pero también abortos producidos por estrés.

Los seguros tampoco representan una solución viable, según apuntan, en un escenario en el que los ataques se repiten y normalmente ocurren cuando el pastor no se encuentra en el lugar. Cuando llegan junto al rebaño y observan que faltan ovejas, las hallan a distancia muertas o con heridas y deben demostrar ante la compañía aseguradora qué animal ha producido el ataque y tampoco pueden identificar muchas veces al responsable del animal.

Zigor Gorostiaga es concejal de EH Bildu en Orozko y ganadero. A su juicio lo que está ocurriendo tiene que ver con una visión del ocio que contempla como derecho el esparcimiento de un animal, en este caso el perro, olvidando que ese momento de esparcimiento puede provocar la muerte de otros animales y el consiguiente daño para el trabajo de otras personas.

A juicio de Gorostiaga, los mendizales han tenido siempre presente el respeto a los rebaños, guardando una distancia con el ganado que pasta en el monte. Su percepción es que en los últimos tiempos se ha popularizado salir al monte hasta producirse situaciones de masificación en algunos momentos y espacios y en muchos casos los usuarios desconocen que ese ganado que está en el monte está haciendo uso de un derecho de pasto en monte público. «Es un problema de convivencia y de sensibilización y de educación en el respeto a la actividad ganadera», comenta el edil orozkoarra, que invita a pensar que se trata de daños en lo económico y profesional que no se entenderían en otros ámbitos y que son «un goteo continuo». «Deberíamos entender que cada vez hay menos pastores, que es cada vez más difícil salir adelante y que esta situación pone mucho más difíciles las cosas a una actividad y una tradición importantes».