«EEUU ha solicitado a Reino Unido, Francia, Alemania y otros aliados europeos que tomen de vuelta a más de 800 milicianos de Estado Islámico que capturamos en Siria y los procesen. El califato está preparado para caer. La alternativa a esto no es nada buena, ya que nos veríamos forzados a dejarles en libertad...», advirtió el presidente de EEUU, Donald Trump.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas por milicianos kurdos y que han desempeñado un papel clave en la lucha contra el ISIS, aplaudieron la petición de  Trump. «Es una carga que no podemos asumir nosotros mismos. Estamos combatiendo contra el terrorismo, y el tema de los yihadistas extranjeros capturados y sus familias debe quedar en manos de la comunidad internacional», indicó uno de sus comandantes, Abdel Karim Omar.

PPor su parte el presidente sirio, Bashar al-Assad, avisó a las FDS y a los kurdos, sin mencionarlos, de que Washington no va a protegerlos tras su retirada y que se convertirán «en un instrumento para intercambiarlo por dólares y que ya han empezado a canjear». «Si no os preparáis para defender a vuestro país (...) no vais a ser sino esclavos del Otomano», añadió Al Assad, en alusión a Turquía, que amenaza con un gran ataque a los kurdos tras la retirada de EEUU.

El enviado especial de EEUU, James Franklin Jeffries, matizó ayer que «no va a ser una retirada abrupta ni rápida, sino una retirada paso a paso».

El ISIS resiste aún a las FDS en apenas medio kilómetro cuadrado, pero en un terreno minado, al abrigo de túneles y con prisioneros y civiles.