Natxo MATXIN
Interview

Maldiciones imposibles de variar

Los rojillos tuvieron el partido ganado con un 0-2, pudieron hacer el tercero y acabaron viendo cómo el Tenerife les daba la vuelta.

TENERIFE 3

OSASUNA 2


La maldición del Heliodoro Rodríguez López sigue vigente, incluso en una tempora de ensueño de un Osasuna que lo hizo todo para ganar en Tenerife –tuvo numerosas ocasiones para meter el tercero y finiquitar el choque–, pero acabó yéndose de vacío, castigado por la mala suerte de un autogol y el acierto de un futbolista navarro, el berriozartarra Isma López, cuyas dianas le dieron la vuelta a un 0-2 que parecía definitivo.

De prometérselas muy felices con el pleno de acierto que llevó a los de Jagoba Arrasate a ponerse con doble ventaja en el luminoso se pasó a un tramo final de partido de complicado e inesperado mal trago. Sin embargo, y pese la derrota, lo que no se le puede negar al líder es el cuajo que tuvo para, lejos de encerrarse en propia área, buscar la meta rival, aunque más tarde su ambición le acabase penalizando con el agrio traspiés.

Sin duda, mereció mejor premio la escuadra navarra a la fidelidad a su propuesta futbolística, pero toda la eficacia de la que dispuso en la primera parte se echó en falta tras el descanso ante los peligrosos acercamientos que tuvo en los dominios de Dani Hernández, que no acabaron fructificando. Muy al contrario que lo que el ocurrió a los anfitriones, casi dándose por perdidos durante una hora y que revivieron ante la mala fortuna que tuvo David García.

De hecho, fue el propio central el que tuvo en su cabeza –también anteriormente en el primer tiempo– la posibilidad de, al menos, empatar en el descuento, pero no hubo manera. El maleficio del Heliodoro Rodríguez López pareció un obstáculo insalvable.

Hasta esa fase en la que Osasuna sucumbió al empuje, más con el corazón que con la cabeza del Tenerife, el cuadro rojillo había sabido manejar con destreza e imponiendo su pegada y tiempo ante un rival demasiado nervioso por su situación clasificatoria. Arrasate se inclinó final- mente por poner en el once a Luis Perea, quien no lo hizo nada mal, ya que se fue soltando al mismo tiempo que el resto del equipo y de que el electrónico se ponía de cara.

Doble mazazo inesperado

Todo estaba a favor para encadenar un nuevo triunfo, pero la jugada desgraciada del autogol navarro, más que desestabilizar a los rojillos, que siguieron a lo suyo, les insufló de fe a los locales, creyendo en una remontada que en ese momento parecía tarea auténticamente imposible a la vista de lo que sucedía sobre el césped del estadio isleño.

Sin embargo, los cambios a la desesperada obrados por el técnico local, José Luis Oltra, dando entrada a dos delanteros natos y la eficacia en las llegadas desde atrás de Isma López voltearon la contienda para desesperación de la veintena de aficionados navarros en las gradas y de toda la parroquia rojilla.

Ciertamente, Osasuna no ha tenido suerte en esta campaña cada vez que ha tenido que desplazarse a alguna isla.