Maitane ALDANONDO
Noain

Baterías eléctricas reutilizadas, del vehículo a las renovables

BeePlanet Factory es la startup creada por tres emprendedores navarros con la intención de contribuir a la implantación de la movilidad eléctrica y las energías renovables. Ofrecen soluciones basadas en la economía circular, puesto que reutilizan las baterías de los vehículos eléctricos en nuevas aplicaciones.

La movilidad eléctrica se está convirtiendo en un mercado masivo y prevén que crecerá exponencialmente en los próximos años. Esto supone un gran desafío para toda la cadena de valor del automóvil, tanto de los componentes como de su final de vida. En este último ámbito se sitúa BeePlanet Factory, que aporta soluciones de economía circular basadas en la reutilización de baterías de vehículos eléctricos. Hace pocas semanas recibieron el premio Emprendedor XXI en Nafarroa que entrega La Caixa.

La iniciativa surge de la colaboración de sus tres socios fundadores –Jon Asin, Carlos Llonis y Agustín Ibarreta–, que han trabajado en el sector de la energía, la automoción y la logística. Asin, gerente de la empresa, lleva una década vinculado a la movilidad eléctrica y detectó dos tendencias: el transporte será progresivamente eléctrico y son necesarias soluciones de almacenamiento económicas para las energías renovables. En la unión de ambas se sitúa la actividad de la empresa que arrancó en 2018 en Noain.

La piedra angular de su actividad es la economía circular. Reutilizan las baterías de ion-litio provenientes de los vehículos eléctricos y les dan nuevos usos, principalmente en el campo de las energías renovables. La baterías se van degradando en un plazo de 7-10 años, pero aún pueden emplearse en otros usos. Asin explica su labor con un ejemplo. La batería del Nissan Leaf tiene 48 módulos y de ella obtienen cuatro baterías domésticas. Las dotan de una electrónica de control que se comunica con un inversor fotovoltaico y pueden almacenar energía solar para uso aislado o para evitar picos de potencia. Gracias a estas nuevas aplicaciones, las baterías pueden aprovecharse hasta el final de su vida útil, cuando se reciclan; es decir, cuando se extraen las materias primas valiosas que tienen dentro como litio, cobalto, níquel o cobre, para volver a utilizarse.

Autoconsumo y recarga

Son seis trabajadores en plantilla y actualmente están inmersos en el desarrollo de su primer producto, una batería de 4,5 kW/h que sirve para autoconsumo doméstico o para pequeñas instalaciones aisladas. Su plan es hacer una primera serie cerca de casa, seguramente en Nafarroa, «por las condiciones tan favorables al autoconsumo que hay», para poder madurar la tecnología, y aumentar producción en 2020. También ofrecen soluciones para recarga de vehículos eléctricos a medida del cliente, «soluciones que requieran ingeniería, desarrollo de software… No hacemos puntos de recarga».

Por el momento, sus ingresos provienen de los servicios de formación y consultoría que ofertan. En esta primera fase, sus clientes son principalmente empresas del sector de la energía, especializadas en instalaciones de autoconsumo. Después, llegarán otros sectores industriales que también necesiten soluciones de almacenamiento. Por ejemplo, el de las carretillas elevadoras.

En febrero recibieron el premio Emprendedor XXI de La Caixa y competirán en la final estatal. No lo esperaban. «Tenemos confianza total en este proyecto y creemos que vamos a conseguir muchos éxitos pero, sinceramente, pensábamos que vendrían un poco más adelante». El gerente reconoce que no eran conscientes de la «gran promoción y el prestigio del premio». Además del apoyo moral, supone «un impulso importante» para atraer inversores, así como talento. «Una startup no puede competir, por ejemplo, en el sueldo; tienes que atraer el talento con otros intangibles», aclara Asin.

La ayuda de este tipo de iniciativas es importante, aunque el inicio de un proyecto «es muy complicado, por muchas ayudas, programas y premios que recibas», ya que requiere mucha inversión en innovación y desarrollo, en un periodo en el que las ventas son reducidas. Sin embargo, Asín está satisfecho. «Sinceramente, creo que hemos hecho un año redondo, no podía haber ido mejor la cosa; pero es un año de inversión».

En octubre esperan comenzar la comercialización de su producto, así como realizar el demostrador de una instalación mayor, de 50 kW/h, para estaciones de recarga de vehículos o edificios. Así mismo, en 2020 les gustaría registrar la primera patente y lanzar una ronda de inversión: «Hay un fuerte interés del mercado y de potenciales inversores por participar en la empresa».