Iker BIZKARGUENAGA
INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y ENTORNO LABORAL

SI TE PLANTEAS DEJAR EL TRABAJO, DISIMULA; WATSON TE OBSERVA

La creciente incorporación de la Inteligencia Artificial al ámbito laboral ha puesto en guardia a muchas trabajadoras y trabajadores, temerosos de que acaben siendo reemplazados por una máquina. Pero lo que probablemente no intuyen es que esa herramienta también puede testar su estado de ánimo y su adhesión a la empresa.

En 2002 Steven Spielberg dirigió ‘‘Minority Report’’, basada en un relato corto de 1956 de Philip K. Dick titulado “El informe de la minoría”. Está protagonizada por Tom Cruise, Colin Farrell, Samantha Morton y Max von Sydow. Y tiene un argumento inquietante: en 2054, la Policía estadounidense utiliza las visiones sobre el futuro de tres mutantes con habilidades precognitivas para detener a delincuentes –mejor no preguntar por la presunción de inocencia, no existe– antes de que cometan sus crímenes. Pura distopía.

O no. Porque lo que a mediados del siglo pasado era ciencia ficción y hace menos de veinte años pura especulación, está empezando a cobrar visos de verosimilitud. Y para muestra, el botón creado por IBM, que ha puesto los dientes largos a empresarios y jefes de personal; una herramienta capaz de predecir qué trabajador o trabajadora está a punto de abandonar su puesto, con una fiabilidad de nada menos que el 95%. Al menos eso es lo que sostuvo hace unas semanas en New York la presidenta de la multinacional, Ginni Rometty, que en un foro organizado por la cadena de televisión CNBC dijo que la firma lleva años tratando de mejorar su sistema de Inteligencia Artificial dedicado a la gestión de los «recursos humanos». Y para ello se ha valido de Watson, la joya de la corona.

Predecir el «desgaste natural»

Watson es un sistema de Inteligencia Artificial que pretende emular y superar al cerebro de las personas y ser capaz de responder a preguntas formuladas mediante el lenguaje natural humano. En palabras del vicepresidente de IBM, Ed Harbour, «no es un elemento aislado, sino una colección de servicios y habilidades que incluyen Machine Learning, razonamiento y decisiones, así como lenguaje, habla y visión tecnológica». «Estas capacidades –apunta en un artículo– están diseñadas para aprender a escala, razonar con un propósito e interactuar con seres humanos de forma natural para resolver una gran cantidad de problemas prácticos e impulsar la productividad». Watson se vale de las innovaciones en materia de análisis y gestión de datos desarrolladas por IBM, ya sea mediante su conexión a bases de datos o enciclopedias almacenadas en discos duros e internet, con las casi ilimitadas fuentes que contiene, y está orientado fundamentalmente al ámbito de los negocios. Y también sirve, por lo visto, para mantener controlado el enorme redil que conforman los 350.000 empleados de la compañía afincada en Armonk (EEUU).

«El mejor momento para llegar a un empleado es antes de que se vaya», argumentó Rometty en su intervención, añadiendo que IBM tiene una patente en su «programa predictivo de desgaste natural» que fue desarrollado por el sistema de IA para predecir el riesgo de fuga de sus asalariados.

La ejecutiva enfocó el objetivo principal de esta herramienta en la retención de sus empleados y empleadas, y sostuvo que convencer a un trabajador para que se quede es mucho más fácil que intentar que vuelva una vez que se ha ido a otra empresa. De esta forma, indicó, desde que han empezado a implementar este programa los directivos de IBM han ahorrado más de 266 millones de euros en costes que antes hubieran empleado en intentar recuperar o reemplazar a las personas que han dejado la compañía.

Para mantener a esos trabajadores que Watson detecta como susceptibles de abandonar el barco se han ofrecido ascensos, aumentos de sueldo y otras opciones y bonificaciones, según explicó Rometty a CNBC.

Escrutinio permanente de la plantilla

Esa sería la cara amable del sistema. Pero no hace falta profundizar demasiado para que asomen algunas preguntas. La primera, la más evidente: ¿cómo puede detectar esta herramienta de Inteligencia Artificial si una persona está planteándose dejar su trabajo?

Rometty no dio explicaciones de lo que denonimó «la salsa secreta» de su programa, y se limitó a señalar que el éxito viene del análisis muchos vectores de datos, incluyendo entrevistas llevadas a cabo cuando algunos trabajadores abandonaron sus puestos.

Más allá del velo que la ejecutiva corrió sobre este asunto, lo que ponen de manifiesto sus declaraciones es que todos los empleados y empleadas de la compañía están sometidas a un escrutinio minucioso y que sus actividades son constantemente monitorizadas.

Este hecho, además de suponer una intromisión en la intimidad de los integrantes de la plantilla, constituye una presión añadida para quienes se saben objeto de seguimiento por parte de sus superiores. ¿Cómo desempeña una persona sus tareas cuando sabe que sus actos están siendo observados por una máquina para saber si quiere o no seguir en la empresa? ¿Cuántos trabajadores y trabajadoras que no tienen intención alguna de abandonar la firma temen que Watson opine lo contrario? ¿En qué ambiente laboral va a tener que desenvolverse una persona señalada, tenga o no ganas de dejarlo?

Cuando, además, el uso de la Inteligencia Artificial no parece destinada exclusivamente a lograr la retención de aquellas personas que se están planteando marcharse de IBM, sino para justamente lo contrario. Rometty explicó a CNBC que desde que implementa de forma extensiva programas de Inteligencia Artificial, así como servicios en nube y otras innovaciones, la firma ha reducido el tamaño de su departamento global de Recursos Humanos en un 30%, aunque opone a este dato el hecho de que aquellos que permanecen lo hacen en puestos con una mejor remuneración y un mayor valor añadido.

«Si su habilidad no es necesaria...»

Con todo, esa pérdida del 30% resulta más que significativa. Y también elocuente respecto al rumbo que la aplicación de la Inteligencia Artificial está marcando en el mundo laboral. En este sentido, la responsable de IBM defendió que hay que dejar claro cuáles son los perfiles y habilidades que se requieren en la empresa, y hacérselo saber, sin embajes, a aquellos trabajadores y trabajadoras que no las posean: «si usted tiene una habilidad que no es necesaria para el futuro y no se ajusta a lo que mi empresa necesita, usted no está en buenas condiciones de permanecer dentro de ella».

No hace falta decir que será Watson y el sistema que le acompaña quienes se encarguen de determinar quién pasa o no el filtro. Y no será fácil pasarlo, pues Rometty expuso su deseo de que la Inteligencia Artificial «cambie el 100% de los puestos entre los próximos cinco y diez años». La plantilla estará sometida por tanto a un proceso de formación y reconversión continua bajo supervisión permanente. Un chollo para quien recibe ocho mil peticiones de empleo cada día; si alguien no puede con la presión, no faltará un «repuesto» que ocupe su lugar.

Y una máquina se encargará de elegirlo.

 

El ingenio, la empatía y la espontaneidad del ser humano todavía son capaces de ganar a la inteligencia artificial en un debate

IBM es una de las compañías punteras en el ámbito de la Inteligencia Artificial, y no pierde oportunidad de mostrar sus progresos. Uno de los más llamativos lo protagonizó hace unos tres meses el sistema Project Debater, diseñado, como su propio nombre indica, para mantener debates con seres humanos haciendo uso no sólo de datos sino también de un cierto sentido del humor y una afilada oratoria.

En febrero, este sistema compitió durante veinticinco minutos con Harish Natarajan, campeón europeo de debate en 2012 y gran finalista del campeonato mundial en 2016. Ni el humano ni la máquina tuvieron tiempo de preparar el tema sometido a discusión –la subvención de los centros escolares– con antelación, y únicamente se les concedieron quince minutos para poder planificar sus argumentos.

El encuentro, celebrado en San Francisco y promovido por IBM, comenzó de una forma llamativa, casi hilarante, con Project Debater, con voz femenina, saludando a las personas congregados de manera informal y distendida. También a su contrincante: «He oído que usted ostenta el récord mundial de victorias en concursos de debate contra humanos, pero sospecho que nunca ha debatido con una máquina. Bienvenido al futuro», le lanzó, desafiante, a Natarajan.

Lo cierto es que después del intercambio de argumentos, y a pesar de que el sistema de Inteligencia Artificial pudo analizar más de 10.000 millones de frases tomadas de periódicos y publicaciones académicas, los asistentes al evento dieron como vencedor a su oponente. Parece que de momento los seres humanos tenemos una ventaja sobre las máquinas: nuestra capacidad de generar empatía y emoción, de elegir las pausas y el tono adecuado en cada situación.

Pero seguro que Project Debater quiere tomarse la revancha, más pronto que tarde.I.B.