A. G.
KIROLBET BASKONIA

Ausente de su fiesta

Mientras Gasteiz luce cada vez más engalanada para acoger la Final Four, el plantel baskonista preparael choque liguero del miércoles 22 ante el Joventut. El plantel admite «sentimientos encontrados».

John Rambo parecía saber de lo que hablaba en la secuela de la película «Acorralado», cuando se autodefinía como «prescindible». «¿Qué es prescindible?», le preguntaban, y daba una respuesta fácil y para toda la familia. «Es como cuando te invitan a una fiesta, tú no vas y a nadie le importa». Por eso hay que decir que Kirolbet Baskonia no es un equipo prescindible; todo lo contrario, porque es el gran ausente de esta fiesta que es la Final Four Gasteiz 2019, y aunque se asuma con resignada deportividad, se le echará de menos.

Gasteiz vivirá hoy el pistoletazo de salida de un evento por el que ha suspirado años y años, mientras que su equipo seguirá con un plan específico de entrenamientos para afrontar el duelo del próximo miércoles 22 en Zurbano ante el Joventut de Badalona, a cuenta de la penúltima jornada de la Liga Regular de la ACB. Esto es lo que hay.

«Está siendo una semana distinta para nosotros, con los preparativos de la Final Four. Es una semana de sabores encontrados», reconocía Patricio Garino en unas declaraciones realizadas a la página web del Baskonia. «Queda un poco de la amargura de no poder participar de la Final Four, pero al mismo tiempo pensamos en el futuro porque nos esperan objetivos importantes», añadía el alero argentino.

Un año más, un mal comienzo de la interminable Liga Regular europea, más algún que otro tropiezo que no hubiera debido suceder –las derrotas ante Buducnost y Daroussafaka–, más algunas derrotas muy dolorosas como la de la cancha de Olympiacos –que acabó por escurrirse de entre los dedos, con el triple aquel a tablero de Papanikolau como detonante– o la sufrida ante el CSKA de Moscú en la última jornada de la Liga Regular –tendencioso arbitraje mediante–, dejaron a Kirolbet Baskonia en la parte adversa del Top 8, la parte a la que le corresponde remontar.

El CSKA de Moscú, como en 2010 o en 2017, se volvía a cruzar en el camino a la Final Four. Un nuevo cruce suicida para los entrenados por Velimir Perasovic, aunque el técnico croata, una vez más, ha sabido otorgarle a este Kirolbet Baskonia un carácter indomable gracias al cual dejar al equipo del Ejército Rojo en la cuneta ha sido algo más que una bonita ilusión.

Presencia en las gradas

El momento más álgido llegó en el segundo partido de la serie, un 68-78 a domicilio que suponía la primera victoria gasteiztarra en la cancha del CSKA desde aquella obtenida en la Final Four de 2005. Un momento de efervescencia que, pese a la derrota, se mantuvo en caracteres muy altos a lo largo de los cuatro partidos que duró la serie.

Sobre todo en lo que se refiere al juego interior, ya que Poirier fue literalmente inalcanzable para toda la batería moscovita, al tiempo que los momentos en los que Voigtmann y Shengelia rindieron, también causaron estragos. Sin embargo, el primer partido de Sergio Rodríguez y sobre todo la irrupción de Nando De Colo en los partidos de Gasteiz fueron demasiado para el Baskonia. Además, le acabaron de faltar las fuerzas por culpa del sinfín de lesiones que viene padeciendo desde el primer día de la temporada.

Y, sin embargo, Gasteiz se está volcando como ciudad y como afición. Ya en Belgrado 2018, sin presencia del Baskonia, un buen número de aficionados gasteiztarras acudieron a la Final Four, al calor del nombramiento de su ciudad como sede para 2019. Doce meses después, aparte de la participación de unos 2.300 voluntarios, habrá un buen número de aficionados baskonistas que, todo parece indicar, se inclinará por alguno de los dos equipos turcos –sobre todo un Anadolu Efes infestado de exbaskonistas– y le darán color y decibelios a la grada, sin olvidarse de los suyos, aunque no jueguen la Final Four, porque estarán de algún modo. No faltarán a su fiesta.