Natxo MATXIN
osasuna ya es de primera

Octavo ascenso rojillo, uno de los más extraños y tempraneros

Osasuna ya es de Primera División. Por octava vez en su historia, la escuadra navarra militará en la máxima categoría, con todo merecimiento a tenor de cómo ha transcurrido la temporada, en la que ha demostrado ser el equipo más fuerte con mucha diferencia.

A diferencia de los últimos ascensos de Osasuna, marcados por la agonía, en esta oportunidad los rojillos han dominado con tanta superioridad el campeonato de Segunda que, a falta de seis jornadas para su conclusión, ya tenían opciones para subir a Primera. Al final, ha tenido que ser con tres todavía pendientes, pero desde hacía unas semanas solo era cuestión de que cayese como fruta madura.

Y aunque un logro de este tipo siempre es para disfrutarlo con creces, lo cierto es que las exigencias televisivas –son las que mandan ahora mismo en el fútbol de élite– dieron lugar a que la celebración tuviera que llevarse a cabo un lunes y a una hora tan intempestiva como las 22.45, momento en el que finalizó el Albacete-Granada, que concluyó con uno de los marcadores que favorecían a los intereses osasunistas, un 0-1.

Miles de aficionados se arremolinaron ante las pantallas de rayos catódicos para vivir con intensidad las evoluciones del encuentro disputado en el Carlos Belmonte, temblando primero en cada remate de Bela, Zozulia o Rui Manaj y luego vibrando con el tanto anotado por Adrián Ramos. También lo hizo plantilla, cuerpo técnico, directiva y trabajadores de Osasuna en el mismísimo Sadar, conjurándose como una piña para vivir los primeros momentos de la fiesta, con el autobús oficial esperando a las puertas del estadio para continuarla en la céntrica Plaza del Castillo con sus seguidores.

Y es que el gol granadino no solo atronó en la parte noble del feudo iruindarra, sino también en cada hogar, txoko y bar del herrialde, deseosa la parroquia rojilla de tocar ya con la mano un deseo que llevaba prolongándose demasiados días. El pitido final de Pizarro Gómez, pese a la fecha y hora extemporá- neas, provocó que centenares de seguidores surgiesen portando banderas y entonando cánticos en el emblemático espacio de la capital navarra.

Ya en los propios aledaños de El Sadar, varias decenas de hinchas se concentraron en portando numerosas bengalas, haciendo explotar petardos y exhibiendo su alegría con los habituales cánticos que se suelen escuchar en las gradas del escenario rojillo.

La celebración se prolongará a lo largo de la jornada de hoy, en la que el equipo recorrerá la parte céntrica de Iruñea, siendo recibido en sendas recepciones oficiales, primero en el Gobierno de Nafarroa y posteriormente en el Consistorio iruindarra.

A veces los sueños se cumplen

Un sueño, el de subir a Primera, que «a veces, se hacen realidad», como explicó un sonriente Jagoba Arrasate, una vez conocido el ascenso matemático. «La afición es la que nos ha hecho llegar aquí, con un gran grupo de futbolistas y personas que han posibilitado que haya una sensación de trabajo bien hecho. Es un año irrepetible y ahora hay que disfutarlo», explicó el gran artífice de la hazaña.