Antonio Alvarez-Solís
Periodista
AZKEN PUNTUA

El gobierno de los jueces

Es una batalla perdida. Convertir a los jueces en fuerza política determinante conduce a España a una nueva derrota de la democracia que supervive penosamente en el ámbito español y en el marco europeo. No se debe impedir, y menos mediante la cárcel, que un eurodiputado pierda su calidad representativa por el miedo español a que el Sr. Junqueras exponga ante el cónclave de la Unión qué ocurre entre Catalunya y una España que no sabe hacer política. El encarcelamiento mediante procesos viciados por la incapacidad de Madrid para sentarse a una mesa de negociación conduce a que se generen situaciones con faz de golpe de Estado. Tal como suena.

Cuando la Junta republicana preparaba en San Sebastián el fin de la anterior monarquía española, un político razonable, el director general de la Policía de la Corona, Sr. Millán de Priego, dijo esto tan maduro a un comisario que le relataba nuevas detenciones de republicanos: «Deje de encarcelar gente, señor comisario, porque ya no sé qué hacer con los que tengo en la cárcel». La conversación se producía a primeros de abril de 1931. Los jueces de Madrid ignoran la historia de España y quienes ignoran la historia están condenados a repetirla, aunque procuren eludirlo los magistrados del Supremo. Sr. Junqueras, mi enhorabuena por su nueva victoria. Le envía un abrazo un republicano que, además, aprendió el oficio de pensar durante su vida en Catalunya.